La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha dicho este jueves que en el plan de transición a la nueva normalidad tras el estado de alarma "no se impone nada a nadie".

"El que no se sienta cómodo, que no abra", ha dicho en una entrevista en Radio Nacional, en la que ha insistido en que en lo relativo a los requisitos para reabrir hoteles, cafeterías y restaurantes, se van introduciendo en las distintas fases recomendaciones de aforo y distancia en función de cada superficie y de forma gradual.

Se trata de criterios orientativos, ha reiterado, además de explicar que el ministro de Comercio está hablando con los distintos sectores para que entiendan que es un sistema gradual.

Si alguien cree que es mejor esperar, "pues que espere", ya que en cada fase son los propios empresarios los que deben valorar si las condiciones son adecuadas o no, empezando por cosas sencillas; en otros países, ha dicho, como por ejemplo Francia, estos sectores se han dejado para el final.

En lo que respecta a la seguridad de los trabajadores, ha recordado que existe una ley de prevención de riesgos laborales y hay recomendaciones de distancia y de protección individual.

Según la ministra, empresarios y trabajadores han ido entendiendo y discutiendo qué es lo mejor, del mismo modo que los ministros del ramo, junto con los sectores empresariales, por lo que la desescalada va a ser en realidad "a nivel de cada centro de trabajo donde se podrá precisar".

Habrá que ver, ha añadido, hasta dónde puede acompañar el Gobierno, que "estará en cada fase de aprendizaje", en este proceso, ha dicho.