83 días. Ese es el periodo de tiempo que Néstor Abad ha permanecido en su Alcoi natal. Desde el 11 de marzo, hasta el 3 de junio. "Ha sido extraño, la verdad. Llevo residiendo en Madrid 13 años, desde 2007. Nunca había estado fuera de la capital de España tanto tiempo. Al principio, durante las primeras semanas, resultó complicado por diversos motivos: por el impacto emocional de tener que abandonar el CAR de forma precipitada; por las noticias tan preocupantes que la crisis sanitaria ofrecía en ese momento; por la angustia de no conocer qué pasaría con los Juegos Olímpicos; por la incertidumbre de no saber nada del futuro más inmediato; por la precariedad con la que íbamos a tener que entrenar durante un tiempo€ Lógicamente, con el transcurso de los días, vas asimilando que este proceso iba para largo y te vas tranquilizando; sobre todo, cuando se confirma el aplazamiento de los Juegos de Tokio. Esa decisión supuso para todos los deportistas un punto de inflexión positivo. Además, gracias a la ayuda de la Fundación Trinidad Alfonso y del Comité Olímpico, recibimos un material muy interesante para mejorar el nivel de los entrenos en nuestros respectivos domicilios", rememora Néstor en declaraciones al Proyecto FER, del que forma parte un año más.

No obstante, por mucho que, durante los tres últimos meses, el domicilio de Néstor Abad en Alcoi se haya convertido en una especie de gimnasio improvisado, "había llegado el momento de volver ya al CAR de Madrid", comenta el gimnasta alicantino, quien añade: "aunque no tengamos ni retos, ni competiciones a la vista, hemos de ir recuperando nuestra rutina. Somos deportistas del máximo nivel y, por responsabilidad, hemos de ser los primeros en dar ejemplo. Pese a que, durante un tiempo, nuestra estancia en el CAR va a ser especial y distinta a lo que conocíamos hasta el pasado mes de marzo (uso de mascarilla y toma de temperatura al llegar, uso de gel hidroalcohólico, distancia de seguridad con los compañeros y entrenadores, prohibición de utilizar los vestuarios comunes€), también los deportistas tenemos que dar pasos hacia una cierta normalidad, tal y como los está dando toda la sociedad española", comenta Abad.

Y qué sintió el gimnasta alicantino cuando se reencontró, casi tres meses después, con algunos de sus compañeros y con el espacio que se ha convertido en su segunda casa: "Me sentí como un niño pequeño cuando entra en un parque de atracciones. Son tales las ganas y el ímpetu que, durante estos primeros días, he de controlarme para ir con precaución y no cometer excesos. Lo primero que hice fue volver a saltar en la cama elástica. Tenía muchas ganas de recuperar esa sensación. Aunque no estemos todos los componentes del equipo nacional, tener, al menos, un compañero relativamente cerca te hace más ameno el trabajo. En las primeras jornadas, le confesaba a Ray Zapata que estaba reventado. Y él me animaba a seguir. Sólo por esto, ya merece la pena haber vuelto" comenta Abad.

Optimista por naturaleza, con una mentalidad siempre positiva y constructiva, Néstor, de 27 años, se encuentra expectante ante la evolución de los acontecimientos durante los próximos meses. "De momento, el pasado jueves conocimos, por sorpresa, una información muy interesante. La Federación Internacional ha fijado el Campeonato de Europa masculino del 9 al 13 de diciembre en Bakú, la misma sede que lo iba a acoger en mayo. Vamos a ver si se confirma. Desde luego, nosotros somos los primeros interesados en retomar las competiciones. No de forma inmediata, porque necesitamos un tiempo para recuperar el nivel y las sensaciones, pero sí a medio plazo. Será el mejor síntoma. Significará que todo va bien. Y también las Federaciones están por la labor; pero en última instancia, todo depende de cómo transcurra la crisis sanitaria y de las directrices que marquen las autoridades. Desde luego, este Europeo en diciembre ya es un gran aliciente. No obstante, nuestro gran estímulo se encuentra a un año vista, los Juegos de Tokio", concluye Néstor.