VALENCIANOS EN EL DAKAR 2021

Daniel Albero, el diabético del Dakar, cuenta su experiencia

El piloto valenciano ya se plantea volver al mítico rallie pero en vehículo ligero

Daniel Albero

Daniel Albero / SD

Ala tercera ha logrado el objetivo de ser el primer diabético en completar el Dakar, pero Daniel Albero no se conforma y quiere seguir dando ejemplo, quien sabe si sobre cuatro ruedas. ¿Qué ha cambiado para que esta vez sea la vencida?

Trabajar mucho en la buena dirección, rodearte del mejor equipo, y los triunfos salen. El primer año llevaba una muñeca tocada y pillé un resfriado, y la segunda por una avería mecánica, la preparación tampoco fue la adecuada. Este año nos hemos centrado mejor, con una KTM rally como la que llevan los oficiales, con una tarjeta que consigues todo el recambio. Me llevé a mi mujer, Mercedes Catalá, fue un gran reto, que podía salir bien o podía salir mal, pero ella se adaptó muy bien y ha sido una gran ayuda, porque ella me conoce muy bien, y mi diabetes, y sabe mis pautas. El entrenamiento físico ha cambiado mucho, junto a Motolife y Rafa Olcina, y ha dado sus frutos, igual que la suplementación deportiva.

Daniel Albero, el diabético del Dakar, cuenta su experiencia

Daniel Albero, el diabético del Dakar, cuenta su experiencia

Ha sido todo un ejemplo para mucha gente con diabetes.

Ninguna persona con diabetes tipo 1 había participado en el Dakar ni en coches ni en motos. Mucha gente pregunta cómo lo hago, hemos recibido una cantidad de ánimos y felicitaciones enorme. Estamos ayudando mucho a las personas con diabetes, hemos creado un icono ya casi necesario en este mundo, porque no había muchos. Pero aún nadie se atreve a imitarme. Es complicado, un deporte de tan alto rendimiento durante tantas horas no es fácil.

¿Qué felicitación le ha llegado especialmente?

La de David Castera, director del Dakar. Vi el podio en diferido, y he sido el único al que abrazó en el podio, donde subí con mi mujer y la moto. No sé si es casualidad o coincidencia. Nos abrazamos a pesar del COVID-19, con mascarillas. Él sabe bien lo que yo he sufrido para conseguir esa merecida meta.

Va a tener que revisar su libro 'Un diabético en el Dakar'...

El libro ya está escrito, lo editamos antes de salir, es un libro solidario que participa en el proyecto y además colabora con Aspanion para ayudar a niños con cáncer en la C. Valenciana. Ahora estoy escribiendo, no sé si sacaremos el segundo. Esto no va a parar. No quiero que esto se termine. Desearía poder dar el salto al side-by-side (vehículos ligeros) me encantaría, y vamos a intentarlo, porque también tengo 49 años, y la moto es lo más heavy y más peligroso del Dakar, y cada año muere gente en moto, y mi familia, los sponsors y la gente que me sigue lo valora. Tenemos la carrera suficientemente metida en la cabeza, como para hacer un cambio, y me gustaría seguir dando difusión a esto para tanta gente, desmintiendo mitos de siempre, y seguir abriendo puertas.

¿Cómo ha llevado el día a día para pilotar y controlar los niveles de insulina?

Este año hemos mejorado la colocación de los parches, no se me ha despegado ninguno, no he tenido que parar a recolocarlos ni a comer, salvo una noche que tuve un pequeño bajón sin importancia. Mejoramos el medidor de glucosa continuo, en un reloj en el manillar, que me decía en todo momento cómo tenía la glucemia, y me ha dado mucha tranquilidad. Llevaba una bomba diferente casi autónoma que me suministra más o menos insulina en función de los valores del sensor. Hay que centrarse mucho en la navegación y el pilotaje. Y si desvías la atención te despistas mucho. Y poder centrarse en conducción y navegación hace tener más seguridad. Y el poder descansar este año sobre todo.

Incide mucho en el descanso. ¿Dónde dormía?

Hago mucho hincapié en el descanso, que es importante para todos, pero más si está la diabetes por medio, controlarte la glucemia y tenerlo todo perfecto. Mi mujer, que estaba dentro de la burbuja, viajaba con el camión de asistencia, me preparaba todo para el día siguiente, y yo descansaba. Este año me he dedicado a lo que tenía que hacer, pilotar, comer y dormir. Conseguimos dormir dentro del camión, un pequeño zulo de 2 metros por un metro de ancho. Ha sido uno de los mayores avances, poder descansar, porque si no la carrera te come. Y cómo no, la experiencia, son ya varios años y saber lo que tienes que hacer. Ha sido un trabajo perfecto, inmejorable. Solo en la etapa maratón no estuvimos juntos, y una noche que no conseguí llegar a meta, la organización plantó un vivac en cierto punto de la etapa, y tres pilotos dormimos allí en tiendas de campaña. Si no, el palizón hubiera sido importante.

¿Ha sido tan duro esta vez?

Yo no había visto tanta piedra junta, tanta rambla y tantos kilómetros. Había días que era una agonía, no poder disfrutar de la moto. Yo ya vi el terreno en 2020, y por eso el entrenamiento ha sido más concreto, y no he hecho rally, solo enduro, piedra, barranco, y me ha venido muy bien.

Pues lo acabaron tres valencianos...

Nos hicimos una foto los tres en el aeropuerto. Olivas, Tosha y yo. Tosha tienen un gran futuro por delante, va a ser un crack y le va a llover algún contrato bueno, seguro. Los abadonos de Ferrando y Joan Barreda fueron una pena.