Amparo Gil: "Seguiré en el hockey mientras el cuerpo aguante"

Hace unas semanas la valenciana Amparo Gil se proclamaba campeona de Liga de División de Honor de Hockey Hierba con su equipo, el club de Campo Villa de Madrid. Un título con el que su espectacular palmarés asciende ya a a 9 títulos de liga, 10 Copas de la Reina, 9 Campeonatos de España de Sala y 1 EuroHockey Club Championships. También ostenta 6 subcampeonatos de EuroHockey Club Trophy de hockey sala y 2 de hierba. Esta temporada, además del este título liguero, se colgó la medalla de plata de la EuroHockey League, máxima competición continental.

Después de tantos títulos ¿sigue celebrando cada victoria o se ha acostumbrado a ganar?

Siempre es una alegría ganar un título. Estoy muy contenta, la verdad es que siempre jugamos para ganar. Es cierto que con el paso de los años es todo distinto, la ilusión no es la misma pero sigue siendo motivante. Estoy en un equipo, el Club de Campo Villa de Madrid que siempre aspira a lo máximo. No ganar la Liga supondría no haber cumplido nuestro papel, no haber estado a nuestro nivel.

Pero será complicado ir siempre de favoritas ¿no le afecta la presión?

Nosotras somos las primeras que somos muy exigentes con nosotras mismas. No ganar supone un fracaso. Me gusta que la gente siempre nos dé como favoritas porque eso significa que confía en nosotras.

Además de la Liga este año lograron la medalla de plata en la EuroHokcey League ¿qué balance hace?

Muy bueno, una plata es un gran resultado ya que tenemos que reconocer que en Europa aún estamos un escalón por debajo de las holandesas, físicamente son más fuertes. Están a otro nivel. La plata fue una experiencia muy buena y muy positiva.

Tiene 33 años ¿empieza a mirar ya hacia la retirada o aún tiene cuerda para rato?

De momento no me lo planteo, quiero ir viendo año a año. Seguiré mientras mi cuerpo responda, mientras me encuentre bien físicamente.

Usted es valenciana pero el hockey ha hecho que lleve media vida ya en Madrid. ¿Cuándo tomó la decisión de irse?

Me fui a Madrid hace ya 18 años para entrenar en el centro de Alto Rendimiento durante cinco años. Luego ya me quedé en Madrid compaginando hockey y mis estudios de arquitectura. Fue duro compaginar las dos cosas y llegó un momento en el que tuve que decidir, dedicarle un poco menos de tiempo al hockey para poder acabar mi carrera.

Y ahora compagina entrenamientos y partidos con su trabajo en un estudio de arquitectura ¿cómo lo lleva?

Bien, entrenamos a las 8 de la tarde cuando ya he salido del estudio de arquitectura.

Afortunadamente estoy en un club que nos cuidan y lo viajes son bastante cómodos, no me impide cumplir con mis obligaciones laborales.

Pero cuando ve otros deportistas de elite como los futbolistas profesionales que tienen todo el día sólo para dedicarse a entrenar y cuidarse ¿no le da envidia?

Por una partes sí, es más cómodo lógicamente, pero por otra no. Creo que tener unos estudios y una carrera profesional lejos del deporte te ayuda a rendir mejor en el deporte y a la inversa. Todos los valores de sacrificio, trabajo, esfuerzo... que he aprendido en el hockey, me sirven también para mi trabajo.

De hecho usted ha llegado a sacrificar la posibilidad de ir a unos Juegos Olímpicos con España por no descuidar sus estudios y su trabajo ¿es así?

Sí, llegó un momento que tuve que decidir, apostar por acabar mi carrera. Estar en la selección española significaba entrenar más, hacer mucho más trabajo físico, entrenamientos de mañana y tarde y eso era incompatible con mis estudios. Desde luego me hubiese gustado ir a unos Juegos pero es algo que tengo asumido que no puede ser. Espero que a España le vaya muy bien en Tokio.

Valencia se ha convertido en un referente del hockey sobre todo a nivel de selección española. Como valenciana ¿se siente orgullosa?

Sí, desde luego, la Federación Valenciana está trabajando muy bien. Esta temporada incluso hemos tenido un equipo valenciano, el Giner de los Ríos en División de Honor, es una pena que no haya podido mantener la categoría pero creo que son cosas que suman y ayudan a que cada vez más niños y niñas practiquen hockey.

Usted, de hecho empezó desde muy pequeña ¿cómo fue?

Soy de Carpesa, donde tenemos el Club de Hockey Carpesa en el que estaba metido mi padre, mi tío también jugaba... montaron un equipo de niñas y me apunté con mis amigas. Por lo visto se me daba bien y un día, el seleccionar nacional llamó a mis padres y les propuso que me fuese a Madrid al Centro de Alto Rendimiento. Yo no sabía ni qué era eso pero mi familia y yo decidimos que era una gran oportunidad.