Triatlón

Un coche arrolla al triatleta de Antella Jordi Pascual

El deportista sufre varias contusiones y daños materiales valorados en miles de euros

Así quedó la bici del triatleta atropellado

Así quedó la bici del triatleta atropellado / SD

Rubén Sebastián

Numerosas magulladuras, material de entrenamiento inservible, pero sin tener que lamentar daños mayores. El triatleta de Antella Jordi Pascual fue arrollado recientemente por un vehículo mientras circulaba con su bicicleta. Dolorido, se toma el incidente con filosofía, aunque es consciente de que las consecuencias podrían haber sido funestas.

El accidente se produjo en la Llosa de Ranes, cuando él regresaba en dirección hacia el puerto viejo de Càrcer camino a casa. «Una chica venía con su coche en dirección contraria y realizó un giro para entrar en un parking cuando yo pasaba. Pude reaccionar para evitar que el morro me llevase por delante. Impacté en la zona del retrovisor y la luna delantera», narra.

Una larga recuperación

«Es un golpe muy duro porque empezaba a estar bien después de la lesión, que ahora he tenido que dejar de tratarme porque es incompatible con los antiinflamatorios que debo tomar por las múltiples magulladuras que me causó el accidente», reconoce, para añadir a continuación: «He frenado la preparación de cara a la primera competición importante, que iba a ser en abril en Sevilla. No sé cómo voy a poder comenzar ni en qué condiciones. Así que me he replanteado los objetivos de la temporada hacia el medio plazo, seguramente no pueda estar al 100 % hasta julio».

Podría haber sido mucho peor

Nunca antes había sufrido un accidente similar, «como mucho algún susto y, por supuesto, más de una caída». Aunque se lo toma con filosofía y «aprovecha» el parón obligado para incrementar su formación como entrenador personal. Con todo, lanza un mensaje de concienciación para todo aquel que se lanza a la carretera: «La confianza en exceso puede provocar este tipo de situaciones. Siempre piensas que no pasa nada, que no pasa nada… Todos conducimos muy confiados, no siempre pensamos en lo que hacemos, no tenemos todos los sentidos puestos en la carretera, especialmente en trayectos que recorremos a diario. Hasta que un imprevisto puede acabar en tragedia».