Tres décadas de deporte valenciano

La mayoría de los deportistas que hoy son noticia no habían nacido. Aquel lejano 1 de marzo de 1993, cuando nuestro primer ejemplar de la historia vio la luz en la rotativa de la vieja Hoja del Lunes, ni siquiera Baraja era mayor de edad. Internet seguía en la prehistoria. Las redes sociales no estaban ni en proyecto. Y tampoco entraba en las previsiones que un periódico deportivo valenciano fuese a resistir tanto y contra viento y marea. Van ya tres décadas. Y las que quedan. Porque SUPER, con su arraigo intacto, está en plena forma.

Para los aficionados, clubes, federaciones, instituciones y empresas que nos apoyan, somos una referencia dentro del panorama de la prensa deportiva. Un mercado muy competido en el en que en los principios solo parecía haber hueco para las cabeceras de Madrid y Barcelona.

Con la salvedad de las semanas más duras de la pandemia, durante la que nos vimos obligados a suspender la edición impresa, estos 30 años ininterrumpidos de presencia impresa y ahora digital son un hito en la historia del periodismo valenciano. Una efeméride, con logo conmemorativo, que desde La Casa del Deporte Valenciano empezamos a celebrar este miércoles y que tendrá su continuidad durante todo el año con contenidos especiales, recuerdos, historias inéditas, entrevistas, exposiciones con las mejores portadas, foros de debate y una gran gala del deporte valenciano, el próximo 22 de marzo, en el Trinquet de Pelayo, sin duda la Catedral de la Pilota.

SUPER celebra su 30 aniversario

Un poco de historia de SUPER

Los promotores de la idea de consolidar por fin un diario deportivo en la Comunitat Valenciana fueron Rafael del Castillo, entonces propietario de la distribuidora de prensa Divalpre, y José Vicente Gámir, vinculado durante años a la extinta Hoja del Lunes. Todo arrancó en un despacho en el centro de València, donde el periódico fue tomando poco a poco forma primero con el asesoramiento de Salvador Barber, que había sido director de la Hoja del Lunes, y con Paco Nadal, el primer director de SUPER.

Se creó la empresa Gestión de Publicaciones del Mediterráneo Empresa Editorial SA (Gespumesa) con un capital de 500.000 pesetas (3.000 euros), en la que figuraban como presidente Cesáreo Fernández, que había sido presidente de la CEV, y Ramón Aznar consejero delegado. Se estableció la sede en el emblemático edificio de la avenida de Aragón, donde el periódico permaneció hasta el año 2009. Fue entonces cuando se trasladó al edificio central del grupo Prensa Ibérica, que había adquirido la cabecera en marzo de 2003, en el polígono Vara de Quart.

Con la maldición a cuestas de proyectos anteriores que habían fracasado, el primer año de subsistencia fue difícil. Sin embargo, todo dio un giro a partir del verano de 1994. La llegada de Vicente Bau a la dirección dio el impulso definitivo para convertir el semanario en periódico diario. La consolidación de la edición impresa de SUPER se vio reforzada años después, ya bajo la dirección de Joan Carles Martí, Julián Montoro y en este momento Rafa Marín, con la irrupción de la edición digital, en la que en los últimos tiempos hemos venido registrando récords de audiencia. Lo mismo en las redes sociales. 

Y es que una de las claves de SUPER ha sido saber reinventarse y conectar con nuevos públicos de todas las edades a los que hemos contado en primera persona los éxitos y vicisitudes de los nuestros. Grandes victorias, fracasos que sirvieron para crecer y sobre todo un estilo sano de entender la vida.