El Levante lleva 17 puntos en 11 jornadas y eso es una tralla, incluso un milagro para quien teniendo todos los días que dar las gracias por estar en Primera ya tiene la mitad del camino hecho. El cate y los malos augurios en Barcelona han acabado por convertirse en una bendición para los granotas, que una temporada más están superando las mejores expectativas. Caparrós ha cumplido el objetivo de mantener el sello competitivo del equipo y construir un bloque reconocible que está moldeando a su gusto con lo que tiene y en el que no hay postureo con quienes no dan el perfil. La clave es que en una Liga extremadamente pareja por abajo el Levante destaca por competir mejor que juega, motivo por el cual a estas alturas tiene más puntos de los que por sensaciones merece. Jugando a lo mismo podrían ser la mitad, pero lo que vale es que son el doble y que sobre esos pilares se sigue creciendo.

Buen rollo en la expedición

El club de la comedia granota

Lo mejor en el Villamarín fue el punto sumado, pero en primera instancia las sensaciones fueron negativas porque jugando una hora en superioridad el Betis fue mejor y no se perdió de milagro. Sin embargo, conforme fueron pasando los minutos el empate adquirió valor y fue festejado por los jugadores, que empezaron la noche escuchando a la Pantoja en el vestuario y la acabaron con Sergio Dalma en el avión a las 3 de la mañana tras un viaje para aspirantes al Club de la Comedia. Juanfran, Barral o Pedro López le ponen el punto macarra a un equipo que es feliz y a un club normalizado en el que presidente y entrenador parten piñones. Y es que no hay directivo que se resista a embelesarse alrededor de ese aura que desprende Caparrós. El Levante va bien por dentro y eso al final se nota por fuera.

La maquinaria está en marcha

Otro notable en planificación

La cosa funciona y eso es también porque una vez más Manolo Salvador ha vuelto a dar con la tecla. Aunque hay alguna incógnita todavía, los errores se reducen a Nong y salvo cambio radical a un Gomis cuyo apetito por jugar no sacia al míster. Pocos fallos para haber cambiado de arriba a abajo la columna vertebral del equipo, perdido a Iborra y roto la inercia negativa con la que el Levante parecía carne de descenso cuando todo el follonazo. Es mérito también compartido con Caparrós que varios jugadores por los que el director deportivo había apostado antes estén dando su mejor nivel, desde Nabil El Zhar a Diop pasando sobre todo por un Keylor Navas que siendo bueno parece aún mejor de lo que es desde que Luis Llopis, un reputado y cotizado preparador de porteros, lo cogió por banda. Por cierto, que director deportivo y técnico también congenian y a la chita callando ya hay cositas puestas en marcha.

Rubén es de los pocos lunares

Un descanso que sea de verdad

Entre tanta felicidad sólo hay un lunar y además muy negro como es el de los problemas físicos de Rubén, que no viajó a Sevilla para protegerlo y al que tal vez sea cuestión de darle un descanso de verdad para que se resetee y deje de vivir entre algodones. Pese a que las molestias ahora son en la rodilla derecha por haberla forzado durante la lesión en la izquierda, hay una realidad que no conviene obviar y es que desde que pegó el salto del juvenil lleva dos años sin haber descansado.

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