Cualquiera diría que Chris está forzando su salida del Levante. O que directamente lo echen. Eso sí, pagándole el contrato, porque el alemán ya dijo en verano que no perdonaba ni uno. Hartos de lo que estaba pasando y en previsión de lo que se les venía encima, en el club le propusieron la solución de que se largara libre, pero él quiso que fuera pagándole gran parte de un salario que tal y como le ha dicho Caparrós varias de las veces que lo ha abroncado «no se está ganando».

Con esos antecedentes pecuniarios, tampoco hay que extrañarse de que se haya ido a Alemania para decir que no cobra en hora, lo cual es una mentira basada precisamente en aquellos días en los que tenía un pie fuera y el club le congeló un pago sólo por si las moscas que luego acabó en su cuenta. Así es más entendible que Quico perdiera la compostura buscando la complicidad de sus capitanes. Él, que sin estar obligado a ello y saliéndole más caro, accedió a arreglarle el pufo que sus exagentes le habían dejado y que hasta lo recibió en el hotel de Atenas cuando el partido del Olympiacos para que el futbolista estuviera tranquilo.

MUCHO PEOR QUE SUS RAJADAS

EL MÍSTER LE PIDE INTENSIDAD

Pese a que el Levante le haya tapado mil cosas, a estas alturas ya no hay manta que lo cubra sin dejarle las patas (meteduras) al descubierto. Que un jugador se exprese libremente está bien y es de agradecer, pero el problema es que falte a la verdad. Vamos, que Lell cobra, que fue él y no el club quien propuso una renovación y que lo que hizo el entrenador la última semana no fue decirle que no contaba con él, sino recordárselo.

Sin embargo, lo grave no es que raje, sino la falta de intensidad que los técnicos y sus propios compañeros le achacan en los entrenamientos y la seguridad de que no está sumando lo que debería. Es algo, eso sí, que más allá de sus negocios o de su vida privada se intuía ya cuando antes de empezar la pretemporada con un entrenador nuevo pidió llegar más tarde. El protagonismo que Lell está teniendo en absoluto se corresponde con su aportación dentro del equipo.

TITULARIDAD CON "POLÉMICA"

EL OLFATO PARA LAS INJUSTICIAS

Lo peor del caso Lell, que se ha convertido en una manzana podrida, ya no es él, sino el peligro de contagio. Y sobre todo que la gestión que Caparrós está haciendo del tema amenaza con costarle un serio disgusto de cara al resto del grupo, que tiene un fino olfato para detectar las injusticias.

Y es que el mensaje de Caparrós al alinearlo de extremo, paradójicamente a petición suya, y su titularidad en las ausencias de Pedro López resulta muy confuso y bastante costoso de explicarse, igual que las salidas y entradas de determinados jugadores del equipo sin venir a cuento el trasiego. El Levante, que tiene que sacar petróleo para competir, no puede permitirse capítulos extradeportivos que como dice Juanfran «quieras o no» acaban pasando factura. Menos ahora, cuando más allá del sostén de los resultados el equipo tendrá mañana otra oportunidad para descorchar.

Pudo hacerlo dos jornadas atrás, pero desde entonces ha enganchado sendas derrotas, la última en Bilbao, donde tan cierto es que no le pitaron un penalti a Rubén que era expulsión del portero como que se perdió un partido que como mínimo estaba para el empate. Ante el recién renovado Marcelino, Caparrós tiene una prueba importante para ahuyentar sombras.

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