Nada. Que se sepa, ni una sola dimisión en el Comité de Competición. Sin vergüenza torera. Ahí siguen todos sus miembros, con indicios incluso de sentirse orgullosos. Que Apelación y el TAD les hayan pintado la cara les importa un bledo. El fútbol pierde credibilidad a marchas forzadas, pero nadie asume las consecuencias de atentados al sentido común, ya sea el último con Ramis o el primero de la temporada con Rodrigo de Paul. ¡Viva el vino y viva Cristiano! Y eso que esta vez la desfachatez ha sido de aúpa, al estilo de esos profesores que de los exámenes sólo se leen el nombre y a partir de ahí ya no necesitan más para puntuar. Sobresaliente al Madrid y suspenso para los bulleros de la última fila.

La arbitrariedad del comité

Justicia, aunque sólo a medias

A veces parece como si al Levante hubiesen vuelto a hacerle la cruz, como si a Villar ya no le hiciese tanta gracia Quico o como si al club le hubiesen cogido la matrícula por levantar la voz. Pese a que en Orriols son especialmente selectivos a la hora de quejarse, curiosamente lo hicieron contra el Madrid cuando el acoso a Ballesteros y Navarro. O sin ir más lejos hace ahora un año contra el TAD, que los dejó sin Rubén a 90 minutos de jugar contra el Betis. Iván Ramis estará hoy, aunque por desgracia nadie cubrirá los daños y perjuicios ocasionados por su injusta expulsión ni habrá luz sobre los motivos de Competición. Tampoco Álvarez Izquierdo irá a la nevera ni pasará por el calvario del valenciano Ayza Gámez. Hay que celebrar que al final se haya hecho justicia, pero la sensación de arbitrariedad y capricho que queda es muy preocupante.

Los motivos de sus palabras

Renuncio de Manolo Salvador

Efectivamente, en el fútbol español el único que dimite y por sorpresa es Quique, si bien es cierto que con el riñón cubierto uno puede permitirse dignificar lo que le venga en gana. Hablando de dimisiones, Manolo Salvador tuvo el renuncio de amagar públicamente con su salida. Pese al inquebrantable respaldo del presidente pero no de todo el Consejo, los hay que tienen orquestada una auténtica campaña para colocar a otro director deportivo que les baile al agua. Ojalá todo se arregle, porque el colmo sería que la balanza de Manolo termine siendo la única en la que pesan más los fallos que los aciertos.