Las cosas que escribo últimamente tienen una explicación y la voy a dar. Intento guardiolear, hacerme pasar por moderno e intelectual y probar un estilo nuevo. Sin embargo, cuando llevo 39 palabras (es cierto) me sale el Clemente que llevo dentro. Y en vez de al síndrome de Stendhal sucumbo al de Toshack. Vamos, que arranco la semana pensando en cambios radicales y la termino rajando de los fichajes. Como siempre. Así me pasa luego, que esto al final se me convierte en un artículo rollo patadón p´arriba. Estratégicamente el objetivo es ir a por el tobillo de alguien para que se acuerde de mi madre (la que me regaña cada vez que meto una palabrota, así que esta vez no lo haré). Bueno, para ir al tobillo y para dar pie a que los damnificados le chiven a la competencia lo que a mí me niegan para que me chinche. Sí, la viejuna táctica chantajista. Cero en innovación y un nido de problemas en semanas como esta en la que los fichajes han pasado el corte y dejado en entredicho a un Muñiz también reincidente en hacerse Toshacks.

A Quico le pasa lo de Muñiz

Sinceramente cada vez que pienso en la remota posibilidad de que Muñiz la haya cagado me acuerdo de que Quico está intentando fichar a Enes Ünal y se me pasa. Al presidente estoy seguro de que le ocurre lo que a mí, lo que a Muñiz y lo que al galés que terminaba poniendo «a los mismos once (palabrota) de siempre». Apuesto a que a Quico el cuerpo le pide marcha, pero después se reúne sosegadamente con los técnicos para ver si fichan o qué narices hacen. No son de su estilo las decisiones demasiado drásticas, pese a que ahí está Mendilibar, el rival de esta jornada y a la postre también su primer gran mortimer. Cuando nadie lo creía capaz porque, abro comillas, «Quico no destituye a entrenadores», fue y se lo cargó a instancias de Manolo. Un año después volvió a tirar sobre la marcha de despido, pero con Lucas Alcaraz la sensación que tuvo fue de alivio.

Overbooking de históricos

Lo del bueno de Mendilibar no es lo normal, pero tampoco lo es que marque Boateng ni que una victoria del Levante en la Copa del Rey haya precipitado el advenimiento de la República de Cataluña. Con este overbooking de días históricos es imposible guardiolear y no morir en el intento. Así que en nombre de todos los que me sufrís cito aquí a Estanislao Figueras, presidente de la I República Española: «Señores, voy a serles franco: Estoy hasta los (otra vez palabrota) de todos nosotros».

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