Me he puesto nostálgico y llevo un rato, sin éxito, esperando a ver si se me pasa. Nadie quiere a un taxista que reflexione sobre el papel del taxi en la sociedad ni a un periodista que le dé la chapa con sus cosas. Sobra con taxistas que sepan conducir, a poder ser con carnet, y periodistas que cuenten noticias, a poder ser con carrera. Todo lo demás es ganarse enemigos y de eso ya sabe mi madre que desde pequeñito voy bien servido.

Soy un imán para haters desde el patio del colegio, un hándicap que siempre me hizo sentir envidia sana por personas como Jaume Ortí, un tipo auténtico que iba de cara sin dejar de caerle bien a casi todo el mundo. Para Jaume, el mejor presidente que yo le he conocido al Valencia CF, siempre hubo un sitio preferente en el estadio del Levante UD. Estuvo ahí, con su abono VIP en la mano, cuando más necesidad había de que los futboleros arrimaran el hombro. Y no faltó nunca quien desde nuestro club, donde por suerte también abunda la buena gente, moviera ficha para lo que necesitara. Fuese con el Valencia o con el Alaquás, en el Ciutat Jaume siempre era muy bien recibido. Estés donde estés, pásate cuando quieras.

De Jaume Ortí a López Muñiz: Ir de cara y que te la partan

Es imposible ir siempre de cara y que no te la partan nunca. Una buena demostración es Muñiz, que hasta el otro día en Las Palmas tuvo que aguantar chuzos de punta. Sin embargo, lo de Muñiz también demuestra que en los malos momentos se mide mejor el calibre de las personas. Estuvo a la altura Jaume soportando lo que soportó en aquella presentación previa al mejor Valencia de la historia. Y, por descontado, lo ha estado Muñiz antes del parón explicando punto por punto qué le pasaba al equipo. Por ahora todo lo que ha dicho el míster se ha cumplido, así que no hay ningún motivo para perder la fe en él y en los futbolistas de la plantilla. Hay que estar a las duras y a las maduras.

Cada cosa a su debido tiempo: Matí persiana, nit La Indiana

En esta vida, con sus buenos y sus malos momentos, todo tiene un precio. Y Enes Ünal no es barato. Al Villarreal le cuesta cinco millones de euros por temporada y al Levante, según fuentes bien informadas, sobre 600.000 al mes, como quien dice la parte proporcional. Si algo han aprendido en Orriols en estos últimos tiempos es que cada cosa, a su tiempo, o parafraseando a ´Bonico´ Ortí, que pel matí persiana i per la nit, La Indiana. No es de extrañar, por tanto, que en el club estén preparándose a conciencia de cara al mercado de enero y preguntando por la situación de delanteros con más de cuatro millones de ficha. Estaremos atentos a ver qué traen, bonicos.