Tarde o temprano tendría que llegar el momento de hacerlo y va a ser hoy, el día siguiente a la primera titularidad liguera de Cabaco, efemérides que se dio contra el Leganés en el último partido del año. Después de haber rajado de su fichaje, que recordemos fue sobre la bocina del mercado de verano, sin haberlo visto antes y a cambio de sacarse a Verza, tengo que escribir y escribo que el central uruguayo estuvo de nota, que en vistas de su actuación hay que hacer un acto de fe sobre las razones de Muñiz para haberlo tenido orillado y que el contacto francés que recomendó su incorporación estaba en lo cierto. Cuando uno da su palabra es para cumplirla, y yo la mía la empeñé cuando me preguntaron qué diría si Cabaco lo hacía bien. Promesa cumplida. Mi respuesta fue que no me dolerían prendas en admitirlo, como estoy haciendo, pero que aun así continuaría en mis trece de que no es el central de jerarquía que hace falta. A las pruebas me remito ahora que Tito y Carmelo están pujando por traer uno bueno, bonito y no necesariamente barato. Sobre la mesa hay varios con muy buena pinta, aunque tal y como está ocurriendo con los delanteros no parece sensato que se termine apoquinando toda la pasta que piden por ellos sus respectivos clubes, caracterizados como el Sporting de Portugal en el caso de Doumbia por vender caro. Si no pasa nada raro, esta semana ya vamos contando más nombres.

Lo gordo es otra cosa

Me sentía en la obligación, explicado está, de empezar por el central. Pero lo gordo sigue siendo el delantero. El Levante no marca ni a tiros y para una vez que pudo hacerlo Ünal, que anoche se despidió por su cuenta y riesgo, fue vícttima de un penalti de libro de esos que nunca pueden faltar en arbitrajes tan horrorosos como el del señor Latre. El enemigo está en casa y es el propio equipo, no su afición ni su entorno. Contra un Leganés que venía con ocho bajas y jugó la segunda parte con un futbolista menos, la sensación que queda es que se podía haber hecho bastante más.

¿Otra vez meando alto?

Con el plazo de fichajes a punto de abrirse, la incógnita que flota en el ambiente es si en clave de mercado el Levante no estará otra vez meando demasiado alto para ir después bajando el listón. De que Quico y compañía están convencidos de que se los tienen que gastar no duda nadie. Pero en verano quedó claro que no todo es dinero.

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