A uno de los peores profesores que tuve en la universidad lo recuerdo, paradójicamente, por haberme dado uno de los mejores consejos para el desempeño de mi profesión: «Si te ves en aprietos, déjate de flotiruras, no te metas en líos y hazlo fácil». Aunque ha llovido mucho desde entonces, a aquella frase brillante y eficaz le pongo la cara de Muñiz mientras le dice a sus centrales que, en caso de duda, patadón arriba y solucionao. No es ningún secreto que en la vida, como en el fútbol, el verdadero misterio no reside en defender fácil, sino en atacar bien; en marcar goles antes que evitarlos. Por eso lo del salto de calidad son siempre palabras mayores, especialmente cuando se trata del Levante y de fichar a un delantero que no tiene desde la Santísima Trinidad que fueron Caicedo, Koné y Oba Martins. Ahora que estamos a punto de entrar en esa época tan especial del año en la que se conmemora el Día de la Marmota, no deja de tener su gracia que el Levante continúe atrapado en el tiempo buscando lo mismo que el último agosto, lo mismo que el último enero, lo mismo que el agosto anterior, lo mismo que el enero anterior. Y así un año detrás de otro y hasta más allá.

Los fichajazos

Que el infernal sonido del despertador active una secuencia en bucle pasa sobre todo el Día de los Inocentes. En efecto, esa costumbre por la cual se tira de ingenio para anunciar el fichaje ficticio más verosímil que se pueda. A estas alturas, como que al asunto le faltaba una pizca de salero. Sobre todo porque lo que sí sería una buena inocentada es que alguno de esos candidatos asomara la cabeza para sorpresa aquí del más pintao. Escépticos que con toda la razón del mundo tienen dudas sobre si el Levante al final va a traer algo bueno. Poco se habla de que en Orriols sueñan con algún fichajazo. Y poco se habla de que antes de irse de vacaciones Muñiz tuvo que desmentirle a Nano Mesa una noticia según la cual el club se lo quería quitar de encima. Como si aquí andáramos sobrados de delanteros.

Hay que hacerlo fácil

Tenía razón mi profesor, la tiene Muñiz cuando hace terapia con la defensa y la tienen los que invitan al club a dejarse de florituras y hacerlo fácil para reforzar al equipo. Puestos a fichar hay ocasiones en las que lo más eficaz es también lo más sencillo. Y hay veces también en las que, como a mí me ha pasado, hay que darle

un voto de confianza a quien se lo merece.

Más opiniones de Rafa Marín.