La temporada llevaba ya tiempo realmente terminada, en especial después de la histórica gesta contra el Barça, pero al menos la derrota de este sábado debe servir para quedarse con la lectura de que, aunque por momentos lo pareciera, el Levante de SuperLópez no es invencible. Más allá de las bromas y de la merecida distensión de los últimos días, la verdad es que quien y más y quien menos sí que nos empezábamos a plantear hasta qué punto iba a ser contraproducente una magnífica racha de resultados con la que se ha terminado más cerca de Europa que del descenso a la hora de colocar el verdadero listón de exigencia de este proyecto 18/19 ya en marcha. Que nos quiten lo bailao, eso está muy claro, pero el liderato del último tramo es un arma de doble filo pensando en lo que se viene por delante, no sólo el próximo curso, sino un mercado de fichajes en ebullición en el que el club está yendo a todo trapo y en el que está bien que haya esa prisa pero tampoco ansiedad por ir cerrando todos los temas.

Reflexión sobre Cabaco

Poco o nada hay ante lo que fruncir el ceño de las cosas que se han hecho en estas últimas semanas ni de las que está previsto que se haga en las próximas. Todas las renovaciones, aun negociándose con viento a favor, están justificadas y hasta el atranque con la de Roger tiene su razón de ser. En lo de lanzarse a tumba abierta a por Coke es imposible que haya más unanimidad. E incluso en lo de pagar por Cabaco más que por ningún central en toda la historia estamos de acuerdo, si bien no deja de ser llamativo que por mucho que otros aprieten ni siquiera se haya intentado, al menos de momento, una rebaja en el monto total. Es un jugador de indudable proyección tras el ostracismo de sus primeros meses, sí, pero con unos números que tal vez dejaban algo de margen de maniobra para renegociarlo.

Un concepto casi 'gafado'

Lo que ya ha demostrado el tiempo, y los rivales, es que el sitio del Levante no será Europa, pero tampoco la zona en la que el agua te llega al cuello. Es la lección con la que hay que quedarse. Por no ser gafes pasaremos un tupido velo sobre el concepto del salto de calidad, pero con la buena salud de la que goza este Levante sí que insistiremos en la necesidad de gastar donde toca, sin despilfarrar, y hacerse fuertes cuando empiecen a llegar ofertas.

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