Me la jugué la semana pasada a que el Levante UD terminará sexto y lo hago en esta a que Quico va a seguir de presidente, como mínimo, hasta que la reforma del Ciutat esté terminada. Para la primera apuesta me baso en lo que veo y para la segunda, en lo que me dijo el presidente en la entrevista que le hice allá por Navidad, cuando por primera vez dejó caer en público que se lo estaba pensando. Después de haber consolidado al club en Primera, metido a la cantera en una nueva dimensión y encarrilado lo de la Ciudad Deportiva de Nazaret, el último reto que le queda es el estadio, una obra que rondará los 20 millones y tras la que Quico, entonces sí, se marchará como él dice a su asiento de tribuna. A la vista de los resultados, mi opinión personalísima es que el derecho a no ser esclavo de sus palabras se lo ha ganado, así que por mí está liberado. Lo que también me gustaría, eso sí, es que con lo claro que parece que lo tiene, que lo dijera cuanto antes. Al final a los presidentes no los ponen y quitan las acciones, sino los resultados, y en este sentido los de Quico sólo tienen un borrón, vale que el peor de su mandato, que fue el del descenso. Para el club es bueno que siga, incluso no que lo designe a dedo, pero sí que pueda asesorar sobre quién acabará siendo su sucesor. Y, por supuesto, para el club es muy bueno también acabar todo lo que hay empezado.

Nada es por casualidad

Crecer, y además cómo nunca, es lo que se ha conseguido gracias a la permanencia de la temporada pasada. De acuerdo con los números revelados por LaLiga, el Levante prácticamente ha duplicado su límite salarial, situado ahora en la friolera de 53 millones de euros, lo que lo convierte en el duodécimo de Primera División. No es descabellado, por tanto, que a medio plazo situemos la parte media de la clasificación como hábitat natural. Que no todo es dinero está claro, pese a que este club poco tiene que ver con el que era. Aunque lo de no escatimar un euro es algo que se sigue llevando grabado a fuego, no hay duda de que las posibilidades ahora son tremendas tanto a nivel deportivo como en otras áreas en las que se madura a pasos agigantados. Nada es por casualidad. Ni que Morales prefiera jugar en Europa antes que debutar con la selección ni que el Barça femenino se 'cague' con el SuperLevante.

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