No tener los pies en el suelo sería pensar en el título de campeón de LaLiga ahora que el líder está a menos de dos partidos de distancia y que precisamente es el Barça Por el contrario, pensar en Europa seis temporadas y un descenso después no es una ninguna locura. Con estos números, que la permanencia sea el único objetivo es ponerle puertas al campo. El Levante UD tiene que seguir a lo suyo, pero la afición puede permitirse el gusto de soñar sin tener que sentirse culpable por ello. Hay licencia para disfrutar y si luego toca reajustar las expectativas, pues que te quiten lo bailao.

El objetivo es Europa

La expectativa en este momento de buenas, y lo era también cuando fue de malas, es Europa. Sin complejos. La misión no es otra que salvarse, por supuesto, pero como el latiguillo de las viejas cartillas del ejército, el valor se supone. El objetivo del Levante esta temporada tiene que ser aprovechar la coyuntura, tanto interna como externa, para meter cabeza entre los primeros. Interna porque el equipo dispone de un entrenador que le está sacando petróleo a una plantilla con una amplia mayoría de futbolistas instalados en su mejor versión. Y externa porque esta es LaLiga más igualada que se recuerda, y eso que el VAR como que no acaba de cuajar.Y la obligación, salvarse

En lo único que hay que ir con cuidado, eso sí, es a la hora de tener claro que Europa es el objetivo, pero nunca la obligación. Si luego faltan puntos o la cosa se tuerce, no pasa nada. De lo que se trata es de apostar, de aprovechar una buena mano de cartas, de no dejarla pasar. De llegar a enero con la ambición de mejorar no en función de los puntos que les lleves a los de abajo, sino de los que se te saquen los de arriba. Y, aunque falta un mes para la vuelta con el Lugo, de tomarse la Copa como lo que es, una competición para foguear a los menos habituales y luego aprovecharse de ellos en LaLiga. Cuantas más rondas se pasen, mucho mejor. Pero donde tienen que estar puestas las miras no es en eso. Ni siquiera tampoco en el Valencia, que ojalá acabe también en su sitio quedando por delante o por detrás. En lo que hay que estar es en aprovechar el momento para no dejar nunca de crecer.

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