Es rotundamente falso que haya una campaña contra Tito como director deportivo del Levante UD y en todo caso cualquier duda al respecto ha quedado despejada con su tournée por los medios de la última semana. Una ronda, por cierto, en vísperas de la reunión del Consejo de administración en la que va a analizarse su continuidad y si después de todo lo que se ha dicho, oido y escrito se le ofrece o no la renovación. Lo que realmente hay es una campaña muy a su favor en la que han terminado coincidiendo tanto los que la hacen con la convicción de haberlo defendido siempre como los que se han sumado en plan veleta por el interés de que les conviene que siga. Por supuesto esto es solo mi opinión y Tito tiene otra. En la que posiblemente ha sido la más interesante de las entrevistas que le han hecho, la de 'Sin Tregua' en la 97.7 Radio Levante, el director deportivo hizo una para mí desatinada división entre «periodistas objetivos» y aquellos a los que «les he caído mal». Personalmente no me considero en ninguna de esas dos facciones. Primero porque con mis errores y aciertos, como él, lo que trato es de ser ecuánime con su trabajo. Y segundo porque siendo como es un tipo serio y educado, tal vez yo a él no, pero a mí Tito sí me cae bien. De hecho, creo al cien por cien que los que tienen que tomar en el club las decisiones piensan lo mismo.

Cambiar o seguir, el dilema

Desde mi subjetividad tengo claro que, puesta en una balanza, la etapa de Tito tiene claros y oscuros y que el análisis de sus tres años debe hacerse en virtud a criterios internos y de funcionamiento del día a día y no sólo a eso tan manido de los objetivos cumplidos, que es algo que puede decir perfectamente tanto un directivo del Levante UD como un señor de Pontevedra. Es más, si a estas alturas Tito no está aún renovado es porque hay dudas respecto a lo segundo y también porque Quico, pese a que sigo pensando que tiene claro lo que quiere, es de los que prefiere aguantar sin rematar a nadie con la esperanza de que su víctima sane o fallezca de muerte natural. Hasta donde sé creo que Tito ha llegado a tener un pie y medio fuera, luego dentro y más tarde a la par. Y ahora, aunque lo intuya, desconozco qué es lo que va a pasar. Llegados a este punto, como otras veces, lo importante es que si Tito se queda, que lo haga con todas las de la ley. Y si no lo hace que sea porque el club tiene un relevo de garantías. Tanto cambiar por cambiar como seguir por seguir sería una tontería.

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