El fútbol no le devolvió al Levante UD lo que le debe porque la deuda es muy superior. Pero un punto es un punto y sabe todavía mejor por ser el primero de los últimos 12, encima sumado en el peor partido de los últimos cuatro. Después de una primera parte infumable, el triángulo mágico esta vez fue el de las Bermudas hasta que Campaña le encontró las coordenadas al equipo. Entre la caraja defensiva y el hundimiento de los laterales fue un milagro llegar vivos al tramo decisivo. Para entonces, y después de la «irreproducible» bronca del descanso por la falta de tensión, Paco ya había reajustado la presión y Borja estaba listo para morder con un diente de verdad, no de los de leche.

Protestas sí, pero con cabeza

Igual que el técnico con la chuleta que se sacó del bolsillo para demostrar que la cosa no estaba tan mal, el otro día nos pusimos a sacar la cuentas de todo lo que nos han sisado. El resultado da escalofríos. Pese al mal partido en Anoeta, con los 10-12 puntos de más que llevaría con decisiones claras y manifiestamente justas, el Levante no sólo estaría salvado sino apuntando a Europa. Y es que la única no, pero vaya que si es excusa lo de los árbitros y el VAR. Después del penalti de Doukouré y el gol de Coke, que fuese Medié quien viera el talón de Morales en fuera de juego era lo que faltaba para pensar descaradamente mal y que hasta Velasco se viese obligado a reconocerlo. Mientras que el míster lo denunció con clase y el Comandante con ironía, vale que esta vez Quico y por extensión el club han estado callados, pero es injusto criticarlo por eso y no recordar que el presidente fue el primero en plantarle cara a la RFEF por el caso Chumi y al comité de árbitros por el guinde en el Metropolitano. Si es mejor mover hilos que rajar, perfecto. Importa que funcione.Culebrón, siguiente capítulo

Tito y sus hombres de confianza ya tienen hechos los deberes. El Consejo se reúne el jueves 21 para corregírselos, si bien nadie confirma que vaya a ser ese día cuando le den la nota. Es el siguiente capítulo de un culebrón en el que las dudas están sobre la mesa y que sigue coincidiendo con que el objetivo deportivo aún está en el aire. A diferencia de otras veces, los que les rodean ven a Tito tranquilo y a Quico enigmático, como siempre. Tanto quienes pronostican que renueva como quienes sostienen lo contrario lo hacen con la boca pequeña.

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