Ahora las pretemporadas son otra cosa y aunque todavía hay equipos que pachanguean, a Paco López no le tembló el pulso a la hora de cambiar los planes y en lugar de irse a Holanda quedarse en la Comunitat para, entre otras cosas, probarse el primer día contra el Villarreal. Sean más o menos serios, en los bolos el resultado es siempre lo de menos, si bien eso no quita para admitir que probarse contra un rival de igual a igual permite sacar conclusiones de provecho. El riesgo de correr demasiado está ahí pero que el Levante, con 4-3-3 y un ratito con 4-4-2, repitiese los mismos errores y malas costumbres en materia defensiva de la temporada pasada es algo que chirría, así que de entrada lo que no se puede es tirar del tópico de las «sensaciones positivas». Sin volverse locos, tampoco hay porqué quedarse ciegos. Las pérdidas en el centro del campo que son medio gol, con la ya clásica de Rochina marca de la casa, la comparación odiosa con la pareja tan pintona de centrales que forman Albiol y Pau Torres o la pobre aportación de Vukcevic, cierto que con menos días de trabajo que el resto, vuelven a acentuar la necesidad de fortificarse desde atrás. Falta otro central, al margen de Róber Pier, más un mediocentro que juegue de '6' antes que de '8'. Va a ser interesante ver cómo termina de cuadrarlo todo el míster.

Por encima del límite

En la parte de arriba, por contra, las conclusiones fueron más positivas. Calidad sobra y a falta de un buen extremo para la rotación, con lo que hay el equipo está equilibrado vuelva o no un Mayoral más rentable desde luego por las ocasiones que genera que por las que marca. La continuidad de Campaña, eso sin ninguna duda, es deportivamente la mejor noticia posible cuando las alarmas estaban ya encendidas por no dar con un 'doble' sin que se disparase el precio. Sin embargo, tampoco hay que saber demasiado de matemáticas para calcular que con la ficha del andaluz, por encima de los tres brutos, más la decena de descartes que colocar, a estas alturas la primera plantilla está bastantes millones por encima del límite salarial. La palabra, pese a darle minutos prácticamente a todos, incluido a Ivi, la tiene el míster, quien venía de verbalizar su deseo de un bloque de 22. Hasta que el área deportiva y Quico no desaten el nudo de las salidas va a ser difícil apuntalar en condiciones las demarcaciones estratégicas.

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