El Levante UD todavía no lo ha anunciado oficialmente hasta este sábado por una cuestión de timing y porque, como dijo Quico, los tiempos en el fútbol no los marcan las redes sociales ni los medios. Habría que añadir que tampoco los propios clubes. De hecho, Paco López no está renovado desde que el miércoles se validó en el Consejo un acuerdo cerrado desde hace meses, sino que el compromiso existía desde mucho antes, exactamente desde la salvación en Girona. No hay doble intención en lo escrito, es tan solo una definición objetiva de cómo se funciona en Orriols, un modus operandi que, guste o no, ha dado resultados. Aquí quien de verdad marca el timing es la afición, pero la que llena el Ciutat, la que pita cuando se juega mal y aplaude cuando el equipo se lo merece. No la de las redes. Tan fácil como reconocer, visto así, que era necesario esperarse a un contexto como el de ahora para que el blindaje del mejor entrenador granota en 110 años de historia se recibiese como lo que es, una magnífica noticia. Cosa distinta es que el desfase entre el acuerdo y el anuncio haya castigado la figura de un técnico sobreexpuesto a un enorme desgaste. Nunca sabremos si el club le habría hecho un favor rompiendo una lanza por él cuando empezaron a llover chuzos de punta o si, por contra, el clima habría sido ya completamente irrespirable después del calentón que nos cogimos todos por el esperpento contra el Espanyol Lo que sí sabemos es que lo que no te mata, te hace más fuerte, y de lo ocurrido la mayoría ha aprendido la lección. El futuro, por encima de victorias y derrotas, es esperanzador siempre y cuando se ponga el foco en lo que de verdad nos importa. El fútbol es lo primero. Después, la reforma del estadio y la construcción de la Ciudad Deportiva.

Más allá de la permanencia

Antes que condicionar el ambiente para que a Quico no le suban el sueldo, como si el Levante UD fuese un Ayuntamiento en vez de una empresa privada que volverá a dar un año más superávit, posiblemente este es momento para recordar que la prioridad debe ser no conformarse con un equipo que esté en Primera para salvarse y prou. Aunque como negocio y proyecto de presente y futuro el foco está puesto en las dos operaciones del Ciutat y Nazaret, conviene no perder la perspectiva. Hay que seguir creciendo, hay que ser exigentes y hay que darle más soporte al entrenador.

Más opiniones de Rafa Marín.