El gran mérito de Celades ha sido hacer de la necesidad virtud para que el Valencia haya alcanzado un pico alto cargando con una mochila de ocho lesionados a la espalda. Tanto el empate con el Chelsea, menos agridulce con el paso de los días, como la victoria contra el Villarreal han puesto negro sobre blanco que, aunque mejorable, hay una plantilla con una calidad enorme, sobre todo si se aprovechan más y mejor todos los recursos disponibles y nadie regatea esfuerzos.

A nivel de juego y sensaciones, el Derbi llega en un buen momento para los de Mestalla, que además empiezan a vaciar la enfermería y que tienen ante sí una ocasión que ni pintada para neutralizar con un buen resultado el terreno perdido respecto a los primeros vagones de la clasificación. Sin embargo, si se repite lo del Betis, el Valencia volverá a equivocarse, ya que es en el Ciutat y no en Amsterdam donde hay que tener la cabeza y los cinco sentidos, al menos hasta el sábado por la noche.

La Champions es la Champions, imposible discutirlo, pero el Derbi también es el Derbi, qué duda cabe, incluso aunque este miércoles todos sintiésemos que, como la rodilla de Vezo, se nos hacía añicos. Al portugués se le ha roto el menisco y a nosotros parte de las expectativas en un choque de rivalidad en el que todos los defensas del Levante estarán en el palco con muletas.

Que se lo miren los dos

Con menos recursos y profundidad de plantilla, y sin entrar en terrenos pantanosos sobre la herencia recibida, para Paco López no se trata de hacer de la necesidad virtud sino de obrar un milagro teniendo a los cinco centrales de la primera plantilla en el dique seco. Más allá del borrón de la segunda parte contra el Getafe, los granotas llegaban también en un buen momento. Pero en el fútbol profesional, apelar a la mala suerte es llevarse a engaño y aunque siempre existan las casualidades, a la hora de la verdad tampoco son tantas.

Tanto el Valencia como el Levante llevan toda la temporada disputando un reñido 'Derbi' en la enfermería en el que la dudosa victoria sería para quien más lesionados tiene. Cada uno dentro de sus particularidades, pero ambos deberían de mirárselo en detalle. Ninguno de los dos puede permitirse que los futbolistas caigan como moscas, que no quede otra que tirar de infiltraciones a porrillo, encima con sus consecuentes riesgos, y que haya quien cambie de diagnóstico como de calzones.