Estaba siendo un día de Navidad cualquiera, el típico sábado de currar mucho, de buscar temas de debajo de las piedras y de preguntarse en voz alta, como todos los años, porqué demonios en Inglaterra disfrutan sin problemas del Boxing Day mientras que aquí Rubiales nos vende la moto del convenio colectivo para dejarnos a los periodistas sin noticias y a los aficionados sin fútbol. Lo que viene siendo una tarde normal hasta que saltó la liebre de que Marcelino García Toral, en busca de equipo desde su abrupto despido, estaba en la agenda del Mónaco.

A partir de ahí, cosas de periodistas, nada fue igual. La acción-reacción resultó de manual y con todo su prestigio al diario L' Equipe, quien había dado la noticia original, no le quedó otra que rectificar en cuestión de minutos. De golpe y porrazo el día se animó de manera totalmente inesperada, algo tan típico en el periodismo como los sábados de Navidad en los que parece que no va a pasar nada hasta que pasa.

Enseguida llegó a las redacciones de SUPER y SPORT (las dos primeras, aunque para según qué medios solo exista Radio Montecarlo), que con Marcelino agua, que el elegido era el exseleccionador Robert Moreno y que el acuerdo estaba cerrado desde hacía tiempo. Como nada ocurre por arte de magia, ni siquiera en Navidad, para que el anuncio oficial del Mónaco se precipitase fue clave que saliese a la palestra el nombre del entrenador asturiano, quien por cierto hace unas semanas estuvo en Londres aun a sabiendas de que el español al que quería Edu Gaspar, actual director deportivo del Arsenal, era a su excompañero Arteta.

¿Por qué le tienen manía?

Cada uno tendrá su teoría particular sobre si es por una personalidad peculiar o por su ambición y la de los que le rodean, pero resulta irrefutable que a Marcelino, al estilo de Guardiola o Mourinho aunque sin llegar a esos extremos, hay gente que le tiene manía. Bastante. Que eso ocurra es lícito y hasta comprensible, pero lo que no lo es tanto es que, como si fuese la única manera de poner en valor a Celades, la rabia de algunos valencianistas roce lo irracional, en especial a tenor de las mofas que se le han dedicado en redes por seguir sin equipo. El tema tal vez no pase de la reflexión de un sábado de Navidad pero, si no ha sido Papá Noel, a Marcelino ya le traerán algún banquillo los Reyes Magos.