Rememorando aquellos clásicos formatos en los que tenías que elegir tu propia aventura, en este artículo hay dos caminos diferentes en función de si se lee todavía con la duda de quién juega o cuando ya se haya despejado la incógnita entre Jaume Doménech o Cillessen. Sin embargo, con independencia del elegido, el final es aquí el mismo en ambos casos. Si a la portería nadie le ha echado el candado no es desgraciadamente porque la competencia sea lo a cara de perro que fue en los tiempos de Cañizares y Palop. Y es que, vaya paradoja, ahora que a Neto le llega su oportunidad en el Barça es cuando brilla en su máximo esplendor el debate. La sombra que ha dejado el brasileño es alargada.

Teniendo en cuenta que el primero en reconocer el debate con sus palabras ha sido Celades, partidario de manera premeditada de dejar abierto el desenlace, en la alternancia de errores y aciertos de Cillessen está la realidad de que el holandés no ha sido hasta su lesión un guardameta lo suficientemente fiable ni por tanto merecedor de que el entrenador, al menos de cara a la galería, le tenga que guardar por decreto el puesto, máxime en un equipo con las aspiraciones del Valencia. Para más inri, y eso es algo que tampoco conviene pasar por alto en la ecuación económico-deportiva, siendo como es uno de los jugadores de la plantilla más caros de amortizar: 35 millones de euros en el fair-play a cuentas del trueque que dio con sus huesos aquí tras la final de Copa.

En la encuesta de nuestra web, la afición ya se ha pronunciado a favor de Jaume y además lo ha hecho con el abrumador y aplastante peso de la lógica. Por el rendimiento de los últimos partidos, entre ellos los del Ajax y el Real Madrid, no hay motivos externos que justifiquen su regreso al banquillo, aunque otra cosa son los datos internos del cuerpo técnico. El de Almenara, también con claroscuros pero mentalmente fuerte, ha sido un portero de momentos pero tiene ante sí el reto de desencasillarse del rol de segundo porque con eso, mientras no haya un titular de garantías, resulta insuficiente. A tenor de los antecedentes, igual que Celades no se ha casado con Correia tampoco lo hará con Cillessen a menos que considere que deportivamente es lo mejor. El debate, por supuesto, no se termina este sábado, pero si de aquí al final de temporada sigue existiendo, entonces el club tendrá que arremangarse para que la portería esté lo bien cubierta que debería.

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