La temporada que empezó con el despido de Marcelino va a acabar con el Valencia CF a una distancia sideral de la Champions, retirado hasta del combate por la Europa League y con una sensación de descalabro sin ni siquiera parangón con las otras veces en las que Lim se puso a meter la pata como si no hubiera mañana. Con unos números que desde el post-confinamiento son de descenso y una gestión deportiva del todo lamentable, nadie en su sano juicio alberga la más mínima esperanza en las dos jornadas que quedan. La demolición definitiva de lo que un día fue un proyecto lleva semanas en marcha.

Así que faltando nada para el triste partido contra el descendido Espanyol, el interés está puesto en exclusiva en la hora y el minuto en el que se desvele la incógnita del nuevo entrenador. Decisión que, pese a lo que sabe de fútbol, nuevamente se ha guardado el máximo accionista toda para él con lo que le digan sus asesores. El panorama es tal que sólo queda que cruzar los dedos y esperar que esta vez al menos no vuelva a equivocarse en el perfil necesario para el banquillo. Alguien básicamente con las virtudes de Marcelino pero sin sus pecados. Que conozca LaLiga y lo que lleva entre manos. Que sepa sacar rendimiento a la plantilla que pongan a su disposición. Que no se envalentone convirtiéndose en un empleado insoportable para su jefe. Que no rete constantemente a su empresa.

Airbag de emergencia

La figura del técnico es todavía más importante si cabe porque el modelo, totalmente opuesto al que funcionaba, va a seguir siendo el mismo. Sin director general ni deportivo y con técnicos de menor rango en la estructura, todo el peso recaerá sobre sus espaldas. No es el panorama ideal, desde luego, pero sí lo que hay. Quien acepte las normas y jugarse el mucho o poco crédito que tenga ya sabe a lo que atenerse. Y, como Celades, tampoco podrá quejarse de los factores inquietantes que surjan a su alrededor.

Aunque sea un contrasentido porque con Ferran la suerte está echada y a ver qué pasa con Kang In, la apuesta ahora más que nunca y por las razones de sobra conocidas por todos es la juventud y una plantilla con savia nueva. Llegarán fichajes, si bien salvo sorpresa no con la entidad suficiente para arreglar ellos solos el roto. Ni el deportivo ni todos los demás que se han ido generando en un ejercicio en el que Meriton se ha salido en todas y cada una de las curvas en las que ha entrado. Con la velocidad a la que circula o consigue llegar a una recta o volverá a estrellarse. Así que más vale que el airbag del técnico esté en condiciones.

Qué tiempos aquellos

Han pasado muchas cosas desde que Peter Lim, a finales de agosto de 2018, apareció en Manises con Guedes de la mano. Una de ellas que el máximo accionista, entre unas cosas y otras, cada vez se ha prodigado menos por València. Razones de su ausencia hay muchas, entre ellas que como reveló su hijo se está haciendo mayor con todo lo que ello supone. Y elucubraciones muchas más. Hubo un tiempo, desde luego, en los que tener a un magnate al frente ilusionaba por la fortaleza de su chequera. ¡Qué tiempos!