"He tenido presidentes rusos, árabes, griegos, que estaban en el día a día, que no estaban en todo el año€ Te adaptas a todo. Tener al propietario a diario, a Gino Pozzo en la ciudad deportiva, presente y accesible para cualquier cosa, facilita la toma de decisiones. Todo es mucho más ágil. Son gente de fútbol. Puedes estar o no de acuerdo, pero todas las conversaciones las tienes sabiendo que hablas el mismo idioma. Yo empezaré mi tercera temporada: algo impensable para un técnico en la historia reciente del club». Son palabras de Javi Gracia en 'El País' antes de la final de la FA Cup contra el Manchester City, la primera en 35 años para el Watford. Sin embargo, esa tercera temporada que él mismo calificaba de «impensable» apenas duró siete jornadas. Cuatro días antes de que en Singapur le calcaran el movimiento, Pozzo lo despidió no tanto por la ausencia de victorias como por las heridas de un mercado de fichajes con desavenencias y un pulso en el que la afición y parte de la plantilla se fueron posicionando a favor del entrenador.

Las coincidencias son tan grandes, casi calcadas, que solo hay dos explicaciones para un casting que más que casting es ya una ruleta rusa. La primera y más probable es que Peter Lim, que ni está presente ni es accesible ni facilita las decisiones ni es gente de fútbol ni salvo por el inglés habla el mismo idioma, siga sin tener ni idea de por dónde va. La segunda, compatible con la anterior, es que aspire a alguien tan como Marcelino que su obsesión le lleve a clonarlo no sólo por sus virtudes sino también por sus posibles defectos, todo para dentro. Gracia se encuentra en el mismo punto que una larga lista de técnicos y directores deportivos que estuvieron a un pulgar hacia arriba de firmar, de ahí la insistencia por parte de quienes conocen y sufren a Lim sobre que puede pasar cualquier cosa.

Ruleta rusa de entrenadores

Puede ser que fiche a Gracia, que rescate a Bordalás, que Baraja se desvíe de Leganés, que sea uno sin nada que ver con estos tres como Blanc o que el gordo le caiga a un quinto que no sea ninguno de los cuatro. La lástima es que el futuro del Valencia, pudiendo delegarlo en quien sepa, vaya a continuar en manos de personajes que dependen en exclusiva de golpes de suerte. Funcionarios que demuestran de sobra que les da igual y ni les preocupa lo que piense la afición, más todavía ahora que se juega a puerta cerrada. Si no fuese por su legendaria cabezonería, cualquiera podría esperarse que por la puerta vuelva a aparecer Marcelino. Y que acepte, claro.

La comparación con el Villarreal

No hay que irse demasiado lejos para encontrar ejemplos de clubes en los que decide el dueño y que en comparación con el Valencia funcionan de maravilla. Ahí está el Villarreal de Fernando Roig, si bien no hay ni punto de comparación con lo que él y su círculo de confianza saben de fútbol. Ni en eso ni para casi nada. Lo ocurrido con el cambio de Calleja a Emery, al que encarrilaron durante el confinamiento, es un magnífico ejemplo de lo que significa trabajar con tiempo y cabeza para tomar decisiones de esa envergadura.

Malas hierbas

La imagen de las vallas cubiertas de hierba en las obras es tan dura como viral, de ahí que se siga compartiendo en redes. No hay político que con sus palabras pueda sonrojar tanto a la 'propiedad'.

Meteduras de pata

En las antípodas de Jaume Costa, Guedes y Ferran dieron un mal ejemplo en Instagram, donde la juventud e inexperiencia no les debería eximir, con la de asesores que tienen, de meter tanto la pata.

El más grande

Es de ley que algún día Juanfran vuelva al Levante, aunque larga vida a Paco López hasta entonces. Lo del video de Maradona es la apoteosis final a su éxito con el Lugo. ¡Enhorabuena crack!

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