De Peter Lim, salvo los que lo han conocido personalmente, no se sabe ni el timbre de voz que tiene. Se compró a buen precio la mayoría accionarial del Valencia CF nadie sabe realmente para qué y desde entonces se ha prodigado más en fotos con Beckham y Cristiano que en el palco de Mestalla, como si le tirasen más las fotos de groupie que presumir del escudo del murciélago en su avión privado.

Cualquiera diría que el fútbol se la trae al pairo y tal vez así sea. Pero en realidad no es eso lo que da a entender con todas y cada una de sus decisiones. La última, el casting de entrenadores que está haciendo, un reto por cierto en el que el listón no es que se lo haya puesto alto. Más allá del dinero que ha ido metiendo para la deuda y el que ha despilfarrado en fichajes de medio pelo, suficientes para haber hecho unos cuantos equipazos, cualquier paso que se dé aquí necesita pasar por el filtro de Singapur. Su mansión es hoy el epicentro de un gran atasco, sin técnico ni proyecto ni nada que se le parezca a apenas dos semanas vistas de la pretemporada.

Entre que Lim es un personaje inaccesible, que el club se ha quedado sin una cara que no sea la de Murthy y que el nivel de exigencia se ha rebajado tanto que el nombre de cualquier candidato al banquillo parece dentro de lo plausible, las editoriales de Meriton Holdings en medios asiáticos son lo más parecido a las explicaciones que la afición jamás ha tenido de los responsables de una de las temporadas más nefastas de la historia. Explicaciones trasnochadas, sin trellat alguno y destinadas a un mercado en el que ni saben ni sienten ni padecen, motivo por el que tampoco se ruborizan en compararse con el Blackpool y el Wigan. Ni en sacar pecho por un jugador como Ferran que no quiere saber nada de ellos. Tampoco en pronosticar un «periodo de sequía» hasta fuera de las cuatro primeras plazas, un canto a la falta de ambición deportiva que los delata.

Decisión de la 'propiedad'

Ahora que el club camina de manera inexorable hacia una reducción de presupuesto decidida por la 'propiedad' es cuando más debería ponerse en valor la necesidad de una estructura fuerte y sólida en materia deportiva que compense las carencias de la parte económica. Ciencia ficción para quien lo ha mandado todo al garete por despreciar a sus profesionales. Lim está en su derecho de cambiarlos, faltaría más, pero es realmente peligroso que piense que no le hacen falta. Que aún no sepa que lo mejor que puede hacer es dejarse de experimentos. Para eso es preferible que siga de selfies con los colegas.