La historia de Ferran Torres en el Valencia CF es la de una de tantas decepciones con futbolistas que teniéndolo absolutamente todo para triunfar en su tierra no lo harán. Razones hay para frenar un carro, desde la suyas personales, incluyendo entre ellas una pizca importante de ingratitud, a las meteduras de pata en la nefasta gestión detrás de su no renovación. El culpable es Ferran, que no ha hecho nada que no se viese venir ni que sus representantes, cuya nómina sale a cambio de velar por sus intereses, no hubiesen hecho antes con el Levante UD sin ir más lejos. Pero el único, claro y manifiesto responsable es Peter Lim, jefe directo de los que han sido incapaces de torear una situación tan compleja.

El callejón exigía algo más que presentar hasta tres ofertas, una detrás de la otra, para colocarlo entre los mejor pagados. Nadie bajó al barro, de Mateu Alemany a César acabando por supuesto con Anil. Y por culpa de eso el Valencia no ha tenido la sartén por el mango en un traspaso en el que tal y como venían las cosas hay que darse con 25 kilos y 10 opcionales en los dientes. A un año de acabar contrato, según el informe de CIES fútbol, Messi y Wijnaldum son los únicos que superan en el mercado esa tasación.

Gracia y los salvavidas

Antes que a lo deportivo por un muy buen futbolista que en la balanza pesa más por lo que promete que por lo que ha demostrado, y antes también que a lo económico por la desinversión en quien apunta a un valor infinitamente superior, el daño del caso Ferran es al pretendido proyecto de cantera de Meriton. Una entelequia incapaz de haber retenido a un canterano de Foios cuya cara aparecía serigrafiada en la furgoneta de Lim, en problemas también para convencer a la otra piedra angular que es Kang In.

Desde Isco el fracaso institucional carece de parangón porque realmente lo duro no es haber perdido a un futbolista al que hay que desearle bon vent si prefiere irse sino la fragilidad que ha habido en todo momento a la hora de hacerse fuerte. Encima después de que la cantera fuese la chispa que encendió la llama bajo la que ha ardido el proyecto. En la abrupta marcha de Ferran, hasta que se demuestre lo contrario, pierde el Valencia. Es inaudito tirar por la borda a una de las grandes apuestas de futuro, alguien a quien además se había reivindicado y potenciado. Salvando las distancias es lo que ha ocurrido, hasta que Gracia ha dicho basta, empujando del barco a futbolistas que pueden ser al final buenos salvavidas.

Un reto mayúsculo

Tres entrenadores y un banquillo en común, el del Valencia CF: Unai Emery porque fue suyo, Pellegrini porque lo sobrevoló y Javi Gracia porque es el inquilino actual tras ganar el casting. Vuelven a LaLiga después de experiencias en el extranjero en general y en Inglaterra en particular, con distinto bagaje en la mochila y ahora con el reto de funcionar en clubes variopintos: Unai con la garantía de gestión de los Roig, Pellegrini con un director deportivo 'top' como Cordón y Gracia, en desventaja, con Murthy haciendo de Mateu.