No le falta razón a Fernando Gómez Colomer en el tuit que le dedicó a los «molestos» porque en la jornada 6 él no piense en el descenso. Somos muchos los que también esperamos lo mejor del Valencia sin ninguna otra motivación que la que nos mueve como aficionados. Y es que pese a las cargas de dinamita que soporta, al equipo le quedan muy buenos futbolistas. Por mermado que esté, la realidad es que continúa a años luz de aquellos cuyo sino sí que no es otro que la permanencia. La comparación no se sostiene más allá de lo deportivo, pero una de las lecturas de la derrota contra el Villarreal fue que la distancia con el hoy colíder no es tanta.

Lo que ocurre es que se ha llegado a un punto de tensión y estrés en el que está mal visto hablar de fútbol y ni qué decir si es para hacerlo bien. De las carencias y limitaciones se ha escrito para aburrir. Mucha menos literatura hay sobre los brotes de Guedes como enganche o los de Soler como mediocentro. Perdón por la osadía, pero hasta Diakhaby parece por fin un profesional. Otra cosa es que le sigan faltando muchos partidos en condiciones para permitirse un penalti como el de Paulista sin que lo linchemos.

Ahora que no pocos nos hemos soltado de su carro con disimulo, también es de justicia reconocer que Javi Gracia mueve sus peones en el campo mejor que fuera, sobre todo desde que se dejó de tanto experimento. Igual que a ratos el Levante y el Huesca, tan cierto como que el Betis le dio un auténtico sobo lo es que su Valencia no ha sido un saco de boxeo. Y eso que Peter Lim y los suyos insisten en darle golpes, como si algo les moviese a noquearlo. Esa violencia gratuita y su deriva en el ambiente es el contexto que le falta al tuit de Fernando.

Porque sí, somos muchos los que consideramos que hay mimbres suficientes para Europa y que lo que menos necesita este vestuario son excusas. Pero la realidad, casi tan tozuda como Lim, es que en Mestalla se bebe veneno a diario: las espantadas de Gracia, la borrada de Kondo, el continuo escarnio de Anil, los mariachis en el telediario, la dejadez con el Ayuntamiento y ayer el despido de un Álex Navarro que lo hiciese bien, mal o regular, por la pura lógica de Meriton será sustituido por alguien peor.

Y en el Levante tampoco

También en el Levante hay aficionados «molestos» con los que nos negamos a pensar en el descenso, todavía con más inquina ahora que a los granotas se les ha atravesado el calendario y son colistas. Calma. Dinero no, pero imaginación, proyecto, profesionales, seriedad y jugadores hay de sobra para el objetivo.

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