Se pueden compartir o no, que la mayoría va a ser que no. Y pueden gustar o no, que tampoco. Pero de las muchas cosas que dijo Tebas, todas tienen su interesante punto de análisis. Aunque algún que otro bandazo sí que ha dado desde la primera puesta en escena, era de esperar que el presidente de LaLiga sacaría la cara por Peter Lim. Un asunto sobre el que se moría por contestar y al que dio prioridad frente a otras cuestiones. Sus argumentos fueron tan irrefutables en lo económico como sujetos con pinzas en la gestión, nada que ver con el aluvión de datos que ofreció durante la conferencia sobre su propia tarea al frente de lo que más que patronal es un sindicato de clubes.

Después de eso le soltó una buena coz a Marcelino que perfectamente se podría llevar también Javi Gracia, al fin y al cabo dos entrenadores que llevando razón la perdieron con sus formas. Y para acabar siguió sin cortarse al recordar, posiblemente lo más sustancial de todo, que «siempre le recomiendo a los extranjeros que en un club hay un sentido de pertenencia que hay que saber cuidar».

En esto último estuvo desde luego mucho más acertado que cuando se hizo un lío entre Ranieri, Cúper y Benítez. Así como en su día con Alemany, ojalá el propietario volviese a hacerle caso. Porque por la venta Tebas tampoco da un euro en este camina o revienta en el que se ha convertido el Valencia, desde ayer sin Zaragosí: «No te tienes que someter a todas las presiones del entorno pero sí entenderlo para que no se desmadre el asunto. Debes tener gestores y comunicación especial. En el periodo anterior de Lim, con Alemany y Marcelino, parecía que todo era amistad fraternal. Estoy seguro de que se trabajará en solucionar la desafección que hay».

Espléndido tampoco

Lo de Melero López no hay por dónde cogerlo. El VAR acertó pero el árbitro insistió en su error y se sacó de la manga una supuesta norma que no lo es. Otra perversión más, como la del talón de Morales. El descuento volvió a acabar en tragedia. No es que el equipo rayase la perfección, que ahí Paco igual se pasó de espléndido. Pero debía haberle alcanzado para ganar.

El dominio no se tradujo en ocasiones hasta que De Frutos entró para revolucionarlo todo. Que el mejor de la pretemporada sea tan residual es una de esas cosas que no cuadran, aunque el entrenador tendrá sus motivos y serán de peso, igual que los tuvo para sentar a Vezo más allá de si el juego aéreo es o no un argumento convincente. Perder como ante el Athletic no gusta. Empatar como ante el Celta preocupa. Pero seguimos confiando.

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