Muy mal rollo cuando se abusa de palabras como «actitud» o «competir» y por supuesto que no falte nunca «intensidad». En cualquier caso, sea por exceso o por defecto, se aplican a equipos condenados a disimular la falta de fútbol, una carencia que al Valencia de Peter Lim ya se sabía que iba a afectarle pero tal vez no en cantidades tan industriales. El equipo quiere, a veces incluso a pesar de Javi Gracia, con más días obtusos que preclaros y siempre con oportunidades. Pero no puede casi nunca y ahí está como prueba del delito la pírrica cifra de tres victorias en 15 partidos, una estadística capaz de acabar con cualquier entrenador menos con uno que ya se puso la venda antes que la herida.

Causa pánico la condescendencia y en algún caso hasta la abulia con la que se ha asumido la última derrota en casa, casi tanto como la resignación frente a la distancia a la que se encuentra el Sevilla, dolorosa en el once y sideral en la plantilla. La realidad, encima con tantas ausencias a cuestas, es que con lo que hay o con lo que queda tendría que dar para más, también es cierto que no para mucho más. Esta no es una liga al uso, dos victorias te disparan en la clasificación y dos derrotas te hunden, aunque lo terrorífico ya no es ver a todo un Valencia a un punto del descenso sino que la propiedad no haya movido Roma con Santiago.

Fichar es una obligación y en eso están trabajando los mismos que ya lo hicieron para nada en el anterior plazo. Pero con eso no es suficiente y menos todavía si el que se negó a traer refuerzos se mantiene en sus trece de seguir haciendo caja. Qué ganas de que el estadio no esté vacío y que al menos se escuche el rugido de la afición. ¡Mestalla, calienta que sales!.

El objetivo es hacer lo mejor por el Levante UD

Hace un año la renovación de Paco López se anunció cuando lo permitió el momento, es decir, los resultados. Con la del área deportiva, aunque en este caso no está cerrada, pasa parecido. En realidad el paralelismo es ese y no la incertidumbre de la anterior etapa. Donde entonces existían dudas que precipitaron el relevo, ahora lo que hay es la convicción de ir por el buen camino y dar un paso más.

Quico no se pronuncia y el Consejo tampoco pero todos saben que lo que toca es renovar. Aunque haya cosas mejorables, el trabajo ha sido excelente y ahí están los fichajes y una política que es la que mejor se ajusta a este club al que es curioso que haya quien acuse de opaco cuando la Junta de accionistas fue un ejercicio de transparencia, con luz y taquígrafos sobre lo que hay y lo que se espera. Otra cosa es que guste más o menos, como con lo del Patronato, pero lo que se espera de los dirigentes no son opiniones sino hechos, los mejores para el Levante.

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