La película de verdad y la que se ha montado

Una trama que no existe y que al entrenador se le ha metido en la cabeza, bien en solitario o con la ayuda de no se sabe quién pero que flaco favor le hace

La película de verdad y la que se ha montado

La película de verdad y la que se ha montado

Rafa Marín

Rafa Marín

El tiempo dirá si Paco López estaba en lo cierto cuando pronosticó que Morales y el Levante acabarán besándose. Sin embargo, no hace falta esperar para decirle al entrenador que la película en la que se siente como el malo se la ha montado él en su cabeza, bien en solitario o con la ayuda de no se sabe quién pero que flaco favor le hace. Aunque se veía venir que algún día iba a explotar, primero por sus respuestas a la defensiva y después por lo impropio de su calentura desde la avalancha post-Villarreal, sorprende que fuese ayer y a cuentas sobre todo de una supuesta trama según la cual se le está culpando de que Morales no renueve. Vale que el entorno ha puesto en la mesa el factor deportivo como uno de los detonantes, pero ¿quién o quienes están atacándole?. ¿Dónde?. ¿Y culpa de qué?. El entrenador está obligado a tomar decisiones y nadie puede ni debe cuestionar, ni siquiera Morales, que con 33 años para 34 considere que es mejor para el equipo que juegue 25 partidos a un gran nivel que 40 y pico regular. De hecho, las dos exhibiciones ante Eibar y Betis confirman que le viene muy bien estar fresco y con piernas. A partir de ahí Morales tiene sus cosas y luego se le pasan, lo que no quita para hacer la vista gorda con algunos gestos cuando se queda o sale del banquillo. Detalles que revelan lo peliagudo de la gestión de un vestuario en el que a Paco sí se le acusa, a veces hasta con razón, de abusar de las decisiones políticas. Se sobreentiende que del rol del Comandante se ha hablado largo y tendido y que la dirección deportiva lo respalda tanto como el compromiso de Quico. Y por lo que dijo ayer el míster también se sobreentiende que cara a cara con el ‘Moro’ no hay pegas, el trasfondo de un mensaje con el que la bola pasa al club y su agente.

Un final con beso

Renovar de por vida hasta que Morales quiera es una propuesta generosa que al ser año a año se volverá comprometida conforme menos juegue. Es normal que el Comandante esté mosca, pero después de haber aguantado tanto sorprende la precipitación de descolgarse ahora pidiendo la carta de libertad. Desde luego no pega con la confianza que hay con el presidente y tratándose del futbolista más importante de la historia, alguien que además de buen tipo ha demostrado no ser ningún pesetero y sí un loco del Levante. Se le aprecia tanto, pese al chaparrón, que el club y el propio entrenador están tratando de protegerlo, sabedores de que es lo que toca y de que lo suyo es que la película acabe en beso. Un final feliz que pasa por el acuerdo intermedio entre los dos años fijos a razón de dos kilos a los que aspira una parte y el año a año sin subida de la otra.

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