05/02/2021

El valor de la palabra

No había mejor cierre para la semana fantástica

El valor de la palabra

El valor de la palabra

Rafa Marín

Rafa Marín

Ha sido una semana absolutamente gloriosa para el Levante UD, de las más felices de su historia sino la que más, empezando por el asalto a Valdebebas, siguiendo por las semifinales de Copa y acabando con el beso de Morales, el final de una película que pese a su arranque inesperado solo tenía un posible final. A la espera de rematar la faena ante el Granada, no había mejor broche para un sueño que continúa más vivo que nunca y que en estos tiempos de pesadilla sirve de alivio y liberación. También de tributo a todos los granotas, tanto para los que ya no están como para los que siguen luchando, ya sea desde hospitales y UCIS o detrás de balcones y ventanas que se han engalanado de orgullo y colores azulgranas.

Renovó Morales después de una reunión maratoniana a la que solo hacía falta ponerle fecha, hora y lugar, finalmente Massamagrell. La partida se jugó en casa del agente del Comandante después de que Quico se presentara allí dispuesto a cumplir una palabra que había empeñado en público y privado. Eran muchas las imágenes y detalles antes de las lágrimas que anunciaban el acuerdo, así que lo de ayer tampoco fue ninguna sorpresa.

Desde el club no se ha hecho otra cosa que proteger al jugador después de que todo estallara con la maniobra de pedir su carta de libertad, un punto álgido de tensión que fue bajando con gestos internos, incluso con alguna que otra disculpa después del calentón. Pasa en las mejores familias y estaba cantado que se acabaría accediendo a los dos años fijos. Gracias a la brillante idea de poner una cámara, siempre innovando para bien, se pudo escuchar la broma del Moro a Paco López: «Seguiremos peleando». Hay mucha sustancia en esas dos palabras que confirman, primero, que el entrenador no era el culpable absolutamente de nada y, segundo, que la idea de un Morales jugando 25 partidos a tope antes que 40 regular, además de muy buena, es la única que llevará a que esta no sea la última renovación. Y ojo al plus de mantener este activo en los balances.

Se cumplen las palabras y los plazos, así que la próxima renovación será la de la dirección deportiva, con la que nada debería impedir sellar un proyecto a medio plazo con la salvación a punto. Pese a las escopetas cargadas de los que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, los resultados están ahí y son sencillamente espectaculares, desde los fichajes del último verano a los del anterior porque Radoja está de dulce y Duarte es hoy el mejor defensa y merece seguir. Eso sí, si la semana deja un triunfador ese es Paco López, respaldado cuando hubo ruido de sables y auténtico líder de un vestuario que nadie gestiona como él. El entrenador de Silla, que no debe emponzoñarse en naderías ni ver fantasmas, es la piedra angular de un proyecto que promete hacer aún más historia.