Como el viejo Ki Taek

Este jueves quiero ser como él, ¿sabes por qué?

Como el viejo Ki Taek

Como el viejo Ki Taek

Rafa Marín

Rafa Marín

Admiro profundamente a las personas que siempre llevan un plan bajo el brazo. Y me alegro, mucho, cuando los planes les salen bien, sobre todo porque en estos tiempos viene siendo normal general el menosprecio hacia quienes los tienen. Lo sabrá cualquiera que lo haya sufrido que la primera regla para que un plan fracase es que hay que tener uno. Sin embargo, la lista de ingredientes para que funcione es infinita y no lleva garantía.

Por eso resultan tan maravillosos estos días de explosión y felicidad. Todo el mundo debatiendo sobre si nos encontramos ante el mejor Levante de la historia, a la altura de los que con Manolo Preciado y Luis García volvieron a Primera o el que después jugó con Juan Ignacio Martínez en Europa. Y por contra, casi nadie cayendo en la cuenta de que entre medias ha habido un descenso y un ascenso, una negativa de venta con Sarver, una pandemia y hasta un préstamo para el estadio que se fue por los aires e hizo temblar los cimientos de la obra. Son suficientes piedras como para haberse ido de bruces al suelo, algo que a buen seguro habría ocurrido sin un plan para impedirlo.

Tuvo un buen plan Quico Catalán y su equipo de gestión cuando el club estaba para bajar la persiana. Aquel famoso business plan de los chascarrillos, ese que ha salido a la perfección en todos los órdenes, sin excepción alguna. Tuvo también otro gran plan Manolo Salvador cuando con más oficio que carrera tiró para adelante a fichaje limpio con telarañas en la caja. Una fórmula que de la mano en esta oportunidad de David Navarro ha vuelto a funcionar años después, lo que demuestra que nada como los tiempos de escasez para agudizar el ingenio. Por descontado, también ha tenido un extraordinario plan Paco López, perfectamente ejecutado junto a su cuerpo técnico, sin ir más lejos en la ronda contra el Villarreal. Fue un partido que confirmó como un acierto la elección de los futbolistas menos habituales, un aviso de por dónde van hoy los tiros. Se habla mucho del reencuentro de Marcelino con los jugadores del Valencia y poco del baño de Paco con los suyos. A los líderes, salta muy a la vista, ni se les pone ni se les quita.

Admiro a las personas con un plan debajo del brazo aunque yo quiero ser, al menos como aficionado en esta semifinal, alguien que ya no tenga uno, como el viejo Ki Taek en esa corrosiva película que es Parásitos: «¿Sabes por qué? Si haces un plan, la vida nunca funciona así. Sin un plan nada puede ir mal. Y si algo falla, no importa». Gracias Levante UD, voy a ser feliz pase lo que pase.