El verdadero problema del actual Valencia

El problema va más allá de la falta de actitud...

El verdadero problema del actual Valencia

El verdadero problema del actual Valencia

Rafa Marín

Rafa Marín

Circular sin luces cuando está oscuro es una temeridad. Así le va al Valencia, metido en una rotonda gigante de la que no sabe cómo salir. Un viaje hacia el abismo durante el que ya no vale con la promesa de dejar de dar vueltas sin ningún sentido. Son tantas las cosas que se han perdido durante ese absurdo trayecto que resulta del todo imposible recuperarlas simplemente con voluntad. Ése no es desde luego el camino y contra el Getafe volvió a quedar de manifiesto. El equipo carece de envoltorio, a la mínima se siente desnudo y mientras tanto el entrenador ni interviene ni da visos de saber cómo devolverle cualquier rasgo de identidad. Es por eso básicamente por lo que partidos como el del último sábado ya no cogen de imprevisto a nadie. El fracaso se adivina a la vuelta de cada esquina, especialmente si es en una de las cuatro del Coliseum, donde ya Celades se llevó un capazo. Que levante la mano quien diese un euro tras el 1-0 de Arambarri y ni qué decir cuando metió la pata Diakhaby. El problema va más allá de la falta de actitud. Es algo mucho peor. Se llama impotencia, como las lágrimas de Paulista. Impotencia futbolística, señal inequívoca de un proyecto que se ha ido necrosando a base de descalabros.

Llegados a este punto, todos los que saben de esto, mucho más aún quienes lo ven desde dentro, tienen absolutamente claro que no hay peor remedio que usar la autocrítica para disimular las carencias. Por manido, ese discurso buenista está absolutamente desgastado, aunque parece que a Meriton le da absolutamente igual. En Singapur no escarmientan, ni siquiera con las señales luminosas que invitan de manera inmediata a aplicar correcciones en el banquillo. Es un clamor lo poco y mal trabajado que está el equipo con Javi Gracia, expuesto a una afrenta tras otra y todavía sin haber ganado dos veces seguidas. La decisión de esperar a la próxima ventana para ejecutar el finiquito está ahí, pero se trata de un plan impropio para un club que se sigue suponiendo grande, enorme. Pese a los recortes, la plantilla es una de las más caras de LaLiga. Inadmisible que los ridículos se repitan en cadena y encima que sean tan mayúsculos.

De las sombras a las luces en el Ciutat

De las sombras en el Valencia a las luces en el Levante, a tres días vista del que puede ser el más grande de toda su historia si se clasifica para la final de Copa. En las antípodas del bloqueo institucional de Mestalla, lo que ocurre en el Ciutat es justo la demostración de que hacer las cosas con cabeza tiene premio. Por eso el Consejo ya ha dado luz verde a la renovación de la dirección deportiva. Y que a nadie le extrañe si termina haciéndose oficial antes del partidazo del jueves.

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