Más que un partido, más que un Derbi

Ese sorpasso no es más que la consecuencia de...

Más que un partido, más que un Derbi

Más que un partido, más que un Derbi

Rafa Marín

Rafa Marín

Da igual qué pase en el Derbi, ya sea que gane el Valencia, que lo haga el Levante o que empaten. También tendrá lo mismo si se acaba o no produciendo el sorpasso, ese vuelco histórico en la clasificación que nunca había estado tan cerca y que en clave granota sería una lástima desaprovechar. Ese es sin duda un aliciente de peso, aunque lo que está ocurriendo en el cap i casal no se puede reducir a un partido. En realidad es más profundo y va más allá de la esfera deportiva, incluso del devenir de los primeros equipos. Pese a que solo les separan dos puntos, las distancias se han estrechado en todas las esferas, incluida de manera inesperada en la deportiva, sobre todo teniendo en cuenta que los presupuestos son incomparables. Y es que así como hay algunas diferencias que se antojan insalvables y otras en las que el punto de inflexión es una realidad, sorprenden y mucho los resultados de la encuesta con el cara a cara entre jugadores azulgranas y blanquinegros. Ese sorpasso no es más que la consecuencia de la política con la que el señor Lim ha empobrecido una plantilla que aun así continúa a años luz económicamente de la clase media y que parece bastante peor de lo que es. A nivel de rendimiento ha estado muy por debajo de sus posibilidades, aunque eso también es achacable a la gestión de Javi Gracia, en las antípodas en cuanto a estilo, propuesta táctica y aprovechamiento de recursos de Paco López. El del técnico de Silla es uno de los nombres del momento como vértice de ese triángulo que en Orriols forman el entrenador, el presidente en representación del Consejo y el área deportiva que está a punto de renovar. La resaca de la Copa, sin embargo, es un peligro: el ridículo en San Sebastián, lo que lo provocó y lo que se deriva de él.

La Trinidad de València, Singapur y Johor

El partido se juega hoy pero el Derbi lleva en marcha tiempo, posiblemente desde el momento en el que el gol de Berenguer se celebró con sana rivalidad al otro lado de Primado Reig. La evolución durante la última década ha sido constante y no hay duda de que se viven nuevos tiempos, marcados por la estabilidad granota y los vaivenes de un club que funciona hoy como la Santísima Trinidad: al Valencia de València y al de Singapur se ha sumado el de Johor, un anexo que funciona a golpe de tuit y posts alrededor del Príncipe TMJ y Martín Prest, quien se supone sería el hombre fuerte de la parcela deportiva. La carrera sigue en marcha y se mantiene la incertidumbre sobre quién llegará antes a la meta, pero el día a día no se escribe desde la opulencia sino desde las restricciones que llevaron primero a César y después a Corona a querer gratis a Duarte y Radoja.