La identidad de Pacolo y el sello de Gracia

El mensaje con el que Paco López puso diques a la ilusión europea no ha tenido como consecuencia...

La identidad de Pacolo y el sello de Gracia

La identidad de Pacolo y el sello de Gracia / SD

Rafa Marín

Rafa Marín

El mensaje con el que Paco López puso diques a la ilusión europea no ha tenido como consecuencia una falta de compromiso y actitud sobre el campo pero sí que ha dado pie al riesgo de que acabe cundiendo una peligrosa y decepcionante relajación. A pesar de que el Levante corrió más y a mayor intensidad que el Huesca, circunstancia que pone muy en cuestión la teoría de la bajada de brazos, lo hizo renunciando a la identidad del 1-4-4-2. Además, con un planteamiento ante un rival menor que no pasa nada por reconocer que fue fallido. Con tres derrotas en cuatro partidos, las dos últimas consecutivas, los granotas se han descolgado de la parte alta y se antoja complicado que puedan reengancharse a una pelea en la que no han llegado a meterse.

A los problemas por la canallada del calendario (inaudito lo de Bardhi) más las lesiones en el centro del campo se ha sumado la indigestión por los últimos cambios de sistema, una suerte de versatilidad táctica que funcionó por última vez en el Wanda y en la ida de las semifinales en San Mamés pero que desde entonces solo ha traído derrotas, algunas tan apabullantes como la del viernes o la del Reale Arena. Hay que mantener la confianza en que esta no será la tónica en las jornadas que faltan, pero está claro que el actual no es un buen camino y que el plus lo tienen que dar también los jugadores que en próximas fechas saldrán tanto del dique seco como del banquillo de los suplentes.

El tira y afloja con el señor Lim

No es tampoco buen camino para el Valencia perpetrar esta tarde contra el Cádiz otro de esos partidos que acostumbra a domicilio y que lo tienen en tierra de nadie, con el riesgo de sorpasso todavía latente si no espabila. Con Europa a una distancia demasiado considerable, entre otras cosas la cita va a servir para medir la huella de Cillessen en una posición en la que cunde la costumbre de no poner en valor a los porteros que además de parar también saben cómo evitar el peligro y leer bien el juego.

La suerte de Jaume, con una presión extra, será sin duda la del equipo, aunque no es de él de quien debería depender el resultado sino de los que juegan por delante y sobre todo del discurso de Javi Gracia desde el banquillo. Faltan diez jornadas para despedirse de una temporada en la que el entrenador ha forjado su sello no en el campo sino en la sala de prensa, escenario de contradicciones con las que se obliga a una pirueta en cada una de sus respuestas. Sin embargo, tampoco hay mucho misterio más allá de que todo viene por el finiquito. El tira y afloja con el señor Lim es lo único a lo que se debe su continuidad después de todas las cosas que han ido pasando, aunque ninguna sirve de coartada para tanta incertidumbre sobre su futuro.