Vuelve Mestalla y no se va el señor Lim

El último acto de miopía: ¡A pagar!

Vuelve Mestalla y no se va el señor Lim

Vuelve Mestalla y no se va el señor Lim

Rafa Marín

Rafa Marín

Está a la orden del día la tentación de ponerse intenso. Sin embargo, cierta justicia poética sí que hay en que la afición del Valencia vaya a ser de las primeras en regresar a su estadio. Parece propia de tiempos inmemoriales aquella primera noche a puerta cerrada contra la Atalanta. Ya se intuía que era el final de una era, aunque ni el más pesimista imaginaba que lo sería para tanto. Al señor Lim le ha beneficiado desde entonces la imagen fantasmagórica de las gradas y el silencio de los corderos. Sin embargo, los acontecimientos se han precipitado y no hay vuelta de hoja. Reabre Mestalla, no sin antes haber asistido a un ejemplo más de miopía. Hay que pasar por caja.

Vuelve la afición cuando apenas ha transcurrido una semana desde la manifestación en la que se congregaron muchos de los 5.000 que mañana sí pasarán dentro. Y ojo, que además de con ánimo de protestar, conviene estar atentos a que acudan también con ganas de fútbol y de normalidad. Hay espacio y tiempo para todo. Meriton lo sabe y, aunque no lo parezca, ha tomado nota. Suena suave hasta Murthy, aún más si sus últimas palabras se comparan con el comunicado en el que atizó a la gestión sanitaria de una de las regiones hoy más seguras de Europa.

Parece como si hasta el presidente fuera perfectamente consciente del alcance de esa curiosa unanimidad bajo la que se han reunido la mayoría de ramas del valencianismo. Ha sido de tal calibre la retratada del máximo accionista que hasta sus San Pedros no se avergüenzan de negarlo. El señor Lim continuará detentando el poder, haciendo networking con jeques y mafiosos o encabezando causas contra el racismo junto a blancos, negros y amarillos, pero su tiempo ha terminado. Se lo recordarán a cada partido, no tanto en el ensayo contra el Eibar como a partir de la próxima temporada. Todos los responsables de haber encendido esa mecha lo van a ser también de que no se apague.

Tampoco era tan complicado

A buenas horas, pero no era tan complicado. El Valencia se ha liberado con Voro. No es para tirar cohetes, pero resulta indudable que ha soltado amarras. Que la diferencia está en las plantillas se vio cuando Lopetegui tiró de banquillo. Pero, ¿35 puntos? ¿En serio? No es la primera vez que la buena gestión brilla por su ausencia ni hay mejor muestra de que algo falla cuando un club se equivoca hasta en los aciertos. La cuerda de Javi Gracia aguantó demasiado tiempo rota. Así era imposible. Habría bastado con jugar de manera más compacta, de tirar de lógica, de pedir compromiso y responsabilidad predicando con el ejemplo, de no cometer errores, de hacerlo fácil, de no ser uno de los peores equipos de Primera División en defensa. En fin.