Son días importantes para el baloncesto en València y no solo por el Eurobasket que arrancó anoche con derrota para la selección española. El adiós de Ponsarnau, un secreto a voces desde sus palabras en el WiZink Center, es la consecuencia de un final de temporada que ha sabido a poco. Y al mismo tiempo significa la bienvenida a un nuevo ciclo en cuyos primeros pasos se vislumbra una combinación entre medidas correctoras y decisiones contenidas. En este periodo sin partidos es cuando más relevante resulta tener un buen porcentaje de acierto en el tiro, principalmente con el entrenador.

DIAKHABY

Se sabía desde hace mucho, prácticamente desde el primero momento, que el incidente en Cádiz terminaría cerrándose en falso. Ni se ha podido acreditar que Cala profiriese un insulto racista ni lo contrario, así que lo ocurrido no es sinónimo de culpabilidad o inocencia sino de indefensión para el denunciante. Hay protocolos en el fútbol que se demuestran fallidos y, salvando las distancias, está reciente lo ocurrido con la UEFA obligando a que se jugara dos horas después del paro cardiaco de Eriksen. También es sintomático, y en eso el Valencia tiene que hacer un ejercicio de autocrítica, el arbusto rodador del resto de clubes tras su denuncia. Pelear contra el racismo sí, siempre. Protocolos y gestos para la galería, mejor que no.

PUENTES

El viernes de la semana pasada se celebró la asamblea general de la Agrupación de Peñas. Fuera de Mestalla y ante la imposibilidad de hacerla en los nuevos locales por espacio, fue la Fundación Deportiva Municipal quien cedió sus instalaciones de La Petxina para el acto, igual que en su momento lo hizo a modo de almacén para el traslado. El gesto, muy loable, pone de manifiesto la necesidad de que el club tienda puentes.