Rafa Nadal no para de asombrar al mundo y un vez más ha vuelto a hacer historia en París, conquistando su decimocuarto Roland Garros, esta vez ante Casper Ruud (primer deportista noruego en ganar un torneo ATP).

Y aunque quienes hayan visto el partido puedan pensar que ha sido un triunfo sencillo, probablemente ha sido la victoria más trabajada, sufrida e increíble de toda su carrera.

Sólo habían pasado 24 días desde que tuvo que retirarse, completamente cojo, del Torneo de Roma.

Y desde la segunda ronda ha tenido que jugar infiltrado, con inyecciones que le dormían o anestesiaban el nervio porque era la única forma de evitar el dolor. Pero a la vez reducía un poco su sensibilidad en los movimientos.

Y con todas estas dificultades, Rafa ha dado otro paso más confirmándose como el mejor tenista de la historia. Y se distancia aún más como el jugador con más Grand Slam, con 22, dos más que Roger Federer y Novak Djokovic.

El rival más difícil de derrotar

La final de este pasado domingo será recordada por el enorme sacrificio físico que le ha supuesto al manacorí. Porque lejos de sus rivales en la tierra batida, ahora todos sabemos que el mayor enemigo del Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2008 es el síndrome de Müller-Weiss

Se trata de una enfermedad con la que lleva lidiando gran parte de su carrera como tenista profesional, y que le impidió competir en la temporada 2021 (ausente en Wimbledon y los Juegos Olímpicos de Tokio). 

Esta lesión degenerativa, que tiene diagnosticada desde 2005 (cuando levantó su primera ‘Copa de los Mosqueteros’ en la pista central Philippe-Chatrier), es crónica.

Nadal fue diagnosticado con síndrome de Müller-Weiss en 2005, una enfermedad crónica con tratamientos para "aliviar" el dolor

Como explica a ‘Guías de Salud’ la podóloga y vicepresidenta del Ilustre Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPOV), Maite García: 

  • "Es una dolencia que se desarrolla durante la infancia, pero presenta su sintomatología en la edad adulta"
  • "Es una alteración biomecánica de la estructura ósea del pie, en la que se produce una compresión del hueso navicular (el que marca la altura del puente del pie)".

Es una dolencia que afecta, sobre todo, a personas que desde edades muy tempranas han estado sometidas a mucho esfuerzo físico "y también en países subdesarrollados, donde los niños trabajan".

En el peor de los casos: dificultad hasta para caminar

El mayor problema que desencadena esta lesión es que

  • "En personas que desde la infancia ejercen grandes presiones sobre estas articulaciones, se interrumpe la vascularización del hueso, provocando una osteonecrosis (muerte de las células del hueso afectado)". 

En el caso de Nadal, señala García, “el problema es que no para. Y practica un deporte de mucho impacto y mucho giro, que repercute en el movimiento y dolor de esa zona”.

El síntoma principal de esta enfermedad es dolor continuo en el dorso del pie. Y como consecuencia, en algunos pacientes también se puede presentar gonalgia (dolor de rodillas) o artrosis en las rodillas. 

Las secuelas del síndrome de Müller-Weiss son deformidad en la zona y, dependiendo de la evolución de la patología, hasta dificultad para caminar. 

Síndrome de Müller-Weiss: ¿Cuál es el tratamiento?

Maite García es clara. "No existe tratamiento para el síndrome Müller-Weiss".

En los primeros estadios de la enfermedad, el tratamiento que se prescribe es fisioterapia y plantillas a medida, para distribuir el peso corporal y evitar sobrecargar la zona afectada. 

"Con este tratamiento se mejora, pero con el tiempo la resolución es más invasiva, como la que le han estado realizando a Rafa Nadal con bloqueos analgésicos para jugar sin dolor", hace hincapié la podóloga. 

Inyecciones con radiofrecuencia pulsátil, el nuevo tratamiento al que se va a someter Nadal

Así lo explicó él mismo en rueda de prensa:

  • "La única manera de poder jugar era dormir el pie. Hacer un bloqueo a distancia de los nervios con inyecciones de anestesia. El pie se queda con cero sensación, ni sensibilidad. El pie no puede ir a peor, si había el riesgo de hacer me daño en otra parte".

El nuevo tratamiento al que se está sometiendo el tenista consiste in inyecciones con radiofrecuencia pulsátil.

Tal y como ha explicado al canal de televisión France 2, eso ayudaría a "desinhibir el nervio y quitar la sensación de dolor tan permanente que tengo". Así se conseguiría "dejar el nervio medio dormido y tener esa sensación que sea más permanente, aunque me deje con el pie sin tanta sensibilidad".

Si se diagnostica en una fase temprana, también se pueden realizar infiltraciones, es decir, inyecciones en los tejidos locales para reforzar el hueso y reducir la sintomatología. Sin embargo, con el paso del tiempo, “en última instancia, y si no se mejora, tendrá que operarse”.

No obstante, este último paso se intenta retrasar lo “máximo posible”.

“La cirugía es fijar las articulaciones, lo que hace que el pie pierda movilidad”. Respecto a si después de esta intervención Nadal podría seguir jugando, “no se podría decir de ninguna manera”, porque “depende de los grados de la deformidad provocada por el síndrome de Müller-Weiss”.

En la actualidad existen varias técnicas operatorias:

Te puede interesar:

  • Unión del escafoides a otro hueso.
  • Reforzarlo con una fijación interna.

La edad media de los diagnosticados, pese a que surge en la niñez, está entre los 40 y los 50 años.