La edad es uno de los principales factores de riesgo de muchas patologías y uno de los sentidos que más padece el paso de los años es la vista.

Según los datos de la Fundación Salud Visual y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) estiman que el 80 por ciento de los mayores de 60 años padece problemas de visión.

Y estas deficiencias, según la SEGG:

"Afectan al individuo de forma integral, no solo por los riesgos de accidentes y caídas, sino también porque conllevan una pérdida en la comunicación y en las relaciones afectivas y sociales que pueden provocar el aislamiento de la persona, así como cuadros depresivos y de ansiedad".

Los mayores de 65 años no cuidan su salud visual

El problema que detectan los especialistas en visión es que a partir de determinadas edades se deja de cuidar la salud visual.

Problemas de visión que no son ni consultados ni corregidos con la frecuencia y premura que requieren, a pesar de que, en palabras del doctor Primitivo Ramos, presidente de la Sociedad Madrileña de Geriatría y Gerontología, “su incidencia es alarmante”. 

Los motivos de esta falta de atención son diversos:

  • Falta de percepción del problema. A determinadas edades se normalizan los problemas de visión porque se consideran algo inherente al paso de los años. Pero Luis Alfonso García, secretario general de la Fundación Salud Visual, recuerda, que "la pérdida de visión no es una consecuencia normal del envejecimiento".
  • Sobreestimación de sus facultades visuales. "Las personas mayores no suelen ser consciente de sus problemas visuales y tienden a sobreestimar sus propias capacidades", destaca el doctor Primitivo Ramos. 

En este sentido, el 80 por ciento de las personas mayores de 65 años cree ver bien sin gafas, cuando los estudios de campo demuestran que entre el 72 y 80 por ciento de ellos necesitan una corrección óptica.

  • Falta de revisiones periódicas. Es esencial que las personas mayores revisen su vista anualmente. Desafortunadamente esto no es lo habitual, a pesar de que una detección temprana de las patologías de la visión puede evitar el 50 por ciento de los casos de ceguera.
  • Uso de lentes sin la graduación correcta. Otro problema que detectan los especialistas es que muchos mayores utilizan gafas que no se ajustan a sus necesidades. Y esto se debe simplemente a que "llevan una media de ocho años sin revisar ni actualizar la graduación de las lentes". 

De hecho, tan solo el 20 por ciento de los mayores que usa gafas alcanza un adecuado nivel de visión.

  • Recursos económicos precarios. Gran parte de los problemas de visión entre las personas mayores se deben a que muchas de ellas no cuentan con los recueros necesarios para, por ejemplo, renovar unas gafas o someterse a un cirugía para eliminar las cataratas. 

Teniendo en cuenta todos estos datos, el presidente de la Fundación Salud Visual, Juan Carlos Martínez Moral, recuerda que "solo un profesional de la visión puede detectar ciertos cambios que la propia persona no detecta, incluso antes de que los síntomas sean evidentes". 

Por eso recomienda realizar una revisión de la vista a los más mayores e indicarles las pautas básicas para mantener una buena salud visual. Todo ello con el fin de evitar problemas tan graves como la ceguera.

Se estima que el 80 por ciento de los mayores de 60 años padece problemas de visión.

Principales causas de pérdida de visión entre personas de edad

Además de los cambios normales de la visión (presbicia o vista cansada, disminución de la sensibilidad de contraste), con la edad podemos experimentar diversas enfermedades que pueden deteriorar potencialmente la visión:

  • Cataratas. Es la causa más frecuente de ceguera reversible y su prevalencia aumenta con la edad, llegando a afectar a más del 60 por ciento de los mayores de 75 años. 

Normalmente las cataratas se manifiestan por una lenta y progresiva disminución de visión: esta aparece nublada, desenfocada o como si viera a través de un velo, y no mejora al cambiar de gafas. Además, se pierde la tonalidad de los colores. 

  • Glaucoma. El glaucoma o tensión ocular es un aumento de la presión intraocular por falta de drenaje del humor acuoso, que produce lesiones en el nervio óptico con problemas en la visión y, si no se corrige a tiempo, ceguera. 

Su principal característica es la ausencia de síntomas. Por ello, esta enfermedad es una de las causas principales de ceguera en los países desarrollados. Y en nuestro país la padecen más de un millón de personas mayores de 40 años, pero casi la mitad lo desconoce. 

  • Degeneración macular asociada a la edad. Es una enfermedad degenerativa que afecta al centro de la retina en personas mayores de 60 años. Constituye la segunda causa de ceguera más frecuente en los ancianos, por detrás de la diabetes. 

El diagnóstico precoz resulta fundamental para minimizar sus consecuencias y evitar la ceguera. 

  • Retinopatía diabética. Es una de las muchas complicaciones de la diabetes. Se desarrolla muy lentamente y sin signos de alerta temprana pero, una vez que han aparecido las lesiones, el tratamiento resulta complejo y el seguimiento médico debe ser muy estrecho.

Las graves consecuencias de los problemas visuales en la población mayor

El control y la resolución de estas enfermedades visuales pueden suponer un punto y aparte para las personas mayores.

Como explica el doctor Primitivo Ramos:

"Las limitaciones visuales se asocian a problemas físicos relacionados con la seguridad, que pueden convertir a la persona en dependiente. En especial si se añaden los problemas de audición".

Y es que no ver bien aumentan el riesgo de caídas.

Porque las cataratas y el glaucoma pueden alterar la percepción de la profundidad y los espacios en las personas mayores, así como su agudeza visual, la visión periférica y los reflejos. 

Esto supone que la persona afectada por esos problemas visuales ven afectada su capacidad para desenvolverse de forma segura en el entorno, ya sea en su propio hogar o en la calle. Esto entraña abundantes riesgos y peligros en forma de accidentes, caídas…, que acarrean consecuencias funestas, como fracturas y otras patologías que puede poner en peligro la vida.

Pero, no sólo caídas. El doctor Primitivo Ramos señala que:

  • "El déficit visual tiene repercusión en los ámbitos relacional, afectivo y social, y, en casos extremos, puede llevar a la soledad y al aislamiento de la persona, incrementando el riesgo de ansiedad y depresión". 

No ver bien aumentan el riesgo de caídas.

Consejos para una buena salud visual

Para evitar estos y otros problemas oculares, la Fundación Salud Visual y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología han elaborado una serie de recomendaciones: 

  • Revisión anual de la vista. Como hemos visto algunas patologías oculares no tienen ningún síntoma, por eso la revisión anual es la mejor forma de detectarlos y evitar problemas mayores. Las revisiones, además, permiten actualizar la graduación de las gafas. 
  • Utilizar gafas de sol. La exposición prolongada a los rayos ultravioleta del sol se relaciona con la aparición de cataratas y degeneración macular.
  • Proteger los ojos. Rasguños, raspaduras u otras lesiones en el ojo a menudo provocan infecciones y dejan cicatrices, lo que puede dar como resultado algún grado de pérdida de visión. Por eso, conviene usar gafas protectoras en las situaciones de riesgo, por ejemplo, al trabajar con herramientas o realizar deportes de contacto.
  • Vigilar la presión intraocular. La presión intraocular elevada constituye un factor de riesgo para padecer glaucoma y pérdida de visión.
  • No fumar. Diversos estudios relacionan el consumo de tabaco con enfermedades oculares, como las cataratas y la degeneración macular.
  • Acudir a las revisiones médicas habituales. Además de las revisiones oculares, es importante acudir al médico para los reconocimientos preventivos, así como seguir sus recomendaciones con el fin de reducir el nivel de colesterol, perder peso o detectar la diabetes a tiempo, cuestiones determinantes en el estado visual.
  • Practicar ejercicio físico con regularidad. Este hábito ayuda a controlar la tensión arterial, la diabetes y el peso correcto, lo cual influirá en la salud general y también en la ocular.
  • Mantener una dieta equilibrada, introduciendo en los platos grandes cantidades de frutas, verduras y pescado. 
  • Tomar alimentos ricos en carotenos, ácidos grasos omega 3 y vitaminas A, B2, C, E y zinc que previenen el riesgo de padecer enfermedades como la DMAE o el glaucoma.