El inicio del partido entre España e Irán estuvo protagonizado por un pique entre el entrenador portugués del equipo iraní, Carlos Queiroz, y Sergio Ramos. Consciente de la polémica que ha envuelto al defensa español en las últimas semanas, en las que se le ha acusado de ser demasiado duro tras la lesión de Mohamed Salah en la final de Champions, el seleccionador iraní intentó desestabilizar a Ramos e influenciar al árbitro protestando airadamente la primera falta realizada por el jugador de Camas al inicio del partido.

En un balón aéreo, el capitán español saltó con el codo abierto, aunque lo escondió cuando llegó a la disputa el futbolista iraní. No obstante, Queiroz aprovechó la falta señalada por el colegiado para protestar de manera ostensible y para encararse con el defensa, al que recriminó su acción. Ramos, por su parte, se dirigió al árbitro para advertirle que no había cometido falta. Finalmente, el colegiado se dirigió a Queiroz para reclamarle calma y que cesara en sus protestas.