La mujer de Pedro Nieva, el acusado de inducir en agosto de 2018 el crimen del edil asturiano Javier Ardines, ha declarado este lunes que su marido "nunca le ha controlado", porque además es una mujer que "no le gusta que la controlen". También ha negado que su marido estuviese "desesperado" tras descubrir su relación con la víctima. A preguntas de la Fiscal, Belén Rico ha manifestado que "a día de hoy" no cree que Pedro sea el autor de la muerte, aunque ha reconocido que en el momento de los hechos si lo llegó a pensar.

Al ser preguntada por qué no lo cree ha asegurado que "su marido estaba en Amorebieta". "Yo no creo que él haya eso hecho eso, no lo sé", ha manifestado. Después, a preguntas de la defensa de su marido ha asegurado que Nieva "no es ni una persona agresiva ni vengativa y no cree que sea el responsable de la muerte de Ardines".

En su declaración por videoconferencia desde Durando, la testigo K.B. que es prima de la esposa de la víctima ha indicado que no llevaba 30 años de relación con Javier Ardines, "tal y como se dice", sino que "mantuvieron relaciones sexuales esporádicas desde hacía cuatro años "porque su matrimonio "iba mal". También ha dicho que conocía a Ardines desde los 15 años y que tuvo "algo con él cuando era joven".

"Antes de diciembre -fecha clave para la investigación al enterarse Pedro Nieva de la infidelidad de su esposa- yo ya estaba mal con mi marido, cada vez la relación iba a peor", ha indicado la testigo que ha asegurado que en el momento de los hechos "el hacía su vida por un lado y ella por otro", ha manifestado.

Ha insistido en que durante el último año "las cosas estaban fatal entre los dos" y ella también desconfiaba de su marido, de ahí que se mirasen el móvil mutuamente y que se enviasen mensajes de constantes reproches.

No obstante la testigo ha negado que se sintiese "martirizada" con el trato que le daba su marido o qué este le controlase el dinero y le "castigase" con ese asunto y ha achacado los mensajes que se intercambiaban al estado en el que se encontraba el matrimonio.

"No estábamos bien, el matrimonio estaba mal. En esa época estábamos muy, muy mal. Yo estaba mal con él y él estaba mal conmigo, no recuerdo mensaje por mensaje porque hace mucho tiempo pero cuando uno está mal envía una burrada y otro le contestaba con otra mayor", ha dicho.

La grabación

Preguntada por la grabación efectuada por Pedro Nieva en una comida en la que ella y Ardines dejan ver su relación, ha indicado que esa era una "conversación entre dos personas adultas que se reían y nada más" y ha explicado que su marido le hizo saber que tenía grabada esa conversación "después de unos días".

"Me pidió explicaciones de esa grabación, yo lo negué y Pedro me dijo que si era verdad le dijera la verdad", ha explicado la testigo que ha indicado que su marido "estaba enfadado con ella, pero en esa época ya estaban mal", no obstante ha indicado que "nunca vio a Pedro desesperado".

Así preguntada una vez más por los mensajes que se intercambió con su marido en los que él le trasladaba su estado, ha insistido en que se mandaban "mil mensajes" y los dos se miraban los móviles mutuamente. Mi marido también salía de casa a las 7 de la mañana y volvía de noche, así que yo también desconfiaba de él".

También ha manifestado que en muchos casos los mensajes de Pedro Nieva eran "de pena" porque llevaban 24 años casados y la relación se acababa. "No le veo desesperado. Veo una persona que me quería y cuando vas a perder a alguien que quieres pues estarás mal", ha manifestado .

"Me puede repetir usted todos los mensajes que quiera, no solo de esas fechas, de antes también, de cuando estábamos mal", ha manifestado la mujer de Pedro Nieva, ante la insistencia de la Fiscal.

Respecto a su decisión de trasladarse el 5 de agosto a Llanes, un hecho que los investigadores consideraron clave ya que indican que Pedro Nieva perdió entonces el control, la testigo ha indicado que todos los veranos iba. Preguntada por su reacción al saber que su marido le envió a la mujer e hija de Ardines la grabación en la que se descubría su infidelidad ha manifestado que "no le pareció muy bien".

"Me lo dijo la hija de Ardines y yo le dije que la explicación a ella se la tenía que dar su padre", ha indicado, asegurando que habló con la mujer de Javier Ardines por WhatsApp. Además ha reconocido que ella y el edil quedaron en que iban a negar la relación.

La testigo ha comparecido por videoconferencia desde Durango y ha respondido a todas las preguntas, a pesar de que no estaba obligada a hacerlo. Ha indicado que a día de hoy ella y Pedro Nieva "no han firmado los papeles de divorcio". "Ahora mismo estamos separados, no hay un papel firmado porque no se ha podido hacer, pero el está donde está y yo estoy en mi casa", ha dicho.

Ha indicado que se enteró por una llamada de la muerte de Ardines y pensaban inicialmente que le había dado un infarto. Ya en el lugar de los hechos ha asegurado que "un capitán de la Guardia Civil le preguntó si su marido era celoso". "Yo estaba muy afectada, en ese momento el guardia civil me habla de los celos y es ahí cuando le manda a Pedro un mensaje diciéndole 'Pedro, ¿qué has hecho?'", ha explicado.

Fue en ese momento cuando a preguntas de la fiscal ha admitido que llegó a creer que su marido hubiese matado a Ardines. No obstante ha manifestado que "nunca vio a Pedro tener odio a Javier".

Después se ha referido a sus declaraciones ante la policía y ha vuelto a cargar contra la Guardia Civil y que las conversaciones que mantuvo con los agentes fueron "súper desagradables" y que llegó a sentirse "muy incómoda".

"Todo el rato me estuvieron diciendo que mi marido era celoso, dieron incluso un puñetazo en la mesa y me dijeron que si me estaba riendo, les contesté que no era cosa de risa, no. Les dije que si tan seguros estaban que bajaran y lo detuvieran que él siempre me acompañaba", ha dicho.

La de este lunes es ya la octava jornada del juicio contra los cuatro acusados de asesinar al concejal llanisco. En el banquillo se sientan Pedro Nieva como supuesto inductor del crimen, Jesús Muguruza, acusado de ser el intermediario con los dos supuestos autores materiales de la muerte de Ardines, Maamar Kelii y Djilali Benatia. Los cuatro se enfrentan a una pena de 25 años de prisión.