Pudo haber muerto por el neumotórax ocasionado por la puñalada en el pecho que no solo le alcanzó el pulmón, sino que llegó a romperle una costilla. No fue la única puñalada, hubo otras tres en espalda y brazos. La víctima de esta brutal agresión, ocurrida en abril del año pasado en la localidad zaragozana de Fuentes de Ebro, aseguró este lunes en el juicio que temió por su vida y que el ataque fue sorpresivo.

"Venía de comprar el pan, subí las escaleras de mi comunidad y el estaba ahí con un cuchillo y me apuñaló", explicó este hombre, quién afirmó que trató de escapar a la víctima por las escaleras, momento en el que recibió las cuchilladas en las extremidades y en la espalda. Consiguió salir a la calle San Cristóbal, pero su agresor, según su versión, fue detrás de él, cuchillo en mano y se le tiró encima y "que le dio varios puñetazos".

Este hombre aseguró ante los magistrados de la Audiencia Provincial de Zaragoza que nunca había tenido ningún problema con el encausado, Abdelkader K., a quien pide una condena de 7 años de prisión y 10 de indemnización.

Muy diferente fue la versión de los hechos ofrecida por el encausado, quien aseguró que el cuchillo lo llevaba la víctima, si bien no supo explicar cómo es que él no presentaba ninguna lesión cortante, mientras que el otro hombre sí.

Aseveró que fue a entrar a casa y se encontró al denunciante junto a otro hombre que no pudo identificar en el interior. Que le querían robar. Ahí hubo una discusión, pero no detalló más puesto que iba bajo los efectos de las bebidas alcohólicas, del speed, de la cocaína y hasta de la marihuana. Un cóctel que le impide recordar nada más allá de que se lo encontró.

No hubo testigos del apuñalamiento, aunque sí de cuando los dos hombres estaban enzarzados sobre la calzada, en plena vía pública. Los vecinos de Fuentes de Ebro que les vieron destacaron que primero salió la víctima y detrás el encausado, cayéndose uno encima del otro. Tras un breve rifirrafe el posteriormente detenido se marchó corriendo.

Durante la vista oral declaró una vecina, que no había dado su versión hasta este lunes, quien se puso de lado de Abdelkader K. "No vi nada, pero si escuché a mi vecino decir el nombre del otro y que le pedía que se fuera de casa", afirmó.

Los especialistas del Instituto de Medicina Legal y de Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) insistieron en la gravedad de las heridas, destacando que podía haber muerto si no llega a ser atendido en el hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza donde ingresó con dificultades para respirar.

Los agentes de la Guardia Civil del puesto de Caspe que detuvieron al sospechoso coincidieron en rechazar que estuviera bajo los efectos de algún tipo de sustancia y añadieron que el hermano de este les señaló que era el autor material.

La defensa del encausado solicitó la libre absolución, afirmando que nadie vio el apuñalamiento y que su representado actuó así para defenderse porque sintió que le habían allanado la casa y que le iban a robar. El caso quedó visto para sentencia.