El juicio por el doble crimen de Abanto-Zierbena, en Vizcayase ha reanudado con la declaración de la familia de las dos mujeres asesinadas en 2020. El hermano ha dicho que su hermana era una mujer sometida. "Era una persona estricta con ella", ha comentado refiriéndose a su excuñado. A lo largo de la mañana declararán familiares de las dos víctimas que han pedido no ver al presunto autor de los hechos que ha sido colocado detrás de un biombo.

Madre y abuela de las víctimas

La madre y abuela de las dos mujeres asesinadas, de 90 años, ha dicho que la noche del 10 de marzo, cuando se produjeron los hechos, ella llamó a su hija como todas las noches. "Hablábamos todas las noches y aquella no me cogió el teléfono. Me preocupé y me fui a la cama", ha dicho. La testigo ha dicho que a la mañana siguiente volvió a llamar a su hija y le cogió el teléfono su yerno: "Le pregunté por Miren y me dijo que estaba dormida. Me pareció raro", ha relatado.

Una de las hermanas ha comentado que su hermana y su sobrina tenían miedo. "Mi hermana era una mujer reservada, pero los últimos años me contó que la situación era insostenible. Ella necesitaba más vida y estaba pendiente de su marido". Y ha añadido: "Nunca me dijo que se quería divorciarse, pero sí me confesó que no podía más".

¿Qué hacen esas mazas ahí?

La hermana ha relatado ante el jurado popular cómo un día antes del asesinato de su hermana y sobrina acudió a la casa familiar para llevarle arena para los gatos y entró por la cocina y vio debajo de la televisión dos mazas enormes. "Le pregunté a mi hermana: ¿Eso qué hace ahí? y ella me contestó: "No sé, son cosas de Faustino", ha recordado. Otra de las hermanas ha dicho que les ofreció su casa semanas antes de los asesinatos porque "sospechaba" que las cosas "no iban bien" y que sentía que algo malo podía pasar. "Veía a mi hermana cansada. Ya no era ella desde hacía tiempo. Si yo llego a saber que esto podía ocurrir, le habría matado yo", ha confesado.

A preguntas del fiscal ha explicado que en su familia tienden a callarse y no contar cosas. "Somos muy reservados y mi hermana no contaba las cosas, pero se le notaba mal", ha explicado. Ha relatado que en comidas familiares había presenciado comportamientos violentos y que su excuñado hacía chistes machistas y homófobos de mal gusto que generaban malestar en las citas familiares. La hermana ha dicho que su hermana llevaba el peso de la casa y que se encargaba de llevar todos los días a su sobrina a la universidad. "Mi hermana aguantó por mi sobrina, pero era una mujer que sufrió psicológicamente".

El hermano de las dos víctimas ha dicho que su hermana no era feliz, pero que nunca le contó que tuviese una mala relación con su marido. Sin embargo, ha relatado que sí presenció varias escenas en las que su excuñado mostraba una actitud autoritaria con ambas. "Decía mucho: esto es así porque lo digo yo".