El jurado ha declarado no culpable L. F. C., de 67 años y vecino de Manresa (Barcelona)acusado de dejar morir a su esposa enferma por no atenderla durante meses cuando no podía levantarse de la cama. El fiscal reclamaba para él 13 años de prisión y la libertad vigilada durante cinco años por un delito de homicidio. El imputado aseguró en el juicio que la mujer no quería que la visitaran los médicos. Dos testigos apuntaron también esta versión.

El acusado y su esposa se casaron en noviembre de 2008 y no tuvieron descendencia. A los 10 años de convivencia, el 15 de diciembre de 2018, la mujer, que tenía 57 años, falleció en el Hospital de Manresa. Ingresó a causa de un 'shock' séptico causado por las múltiples úlceras infectadas que presentaba por todo el cuerpo. Cuando acudió al centro sanitario presentaba, además, pérdida de tejidos, con visualización del hueso, larvas en el cabello y restos de heces secas y de ropa incrustada por no haber sido lavada a tiempo.

Meses en la cama

Desde hacía más de tres meses, la mujer vivía prostrada en la cama por los problemas respiratorios y de circulación que padecía y su marido. La fiscalía defendía L. F. C. "la tenía totalmente desatendida, sin prestarle la ayuda que tal situación requería". El acusado, incide la acusación, a pesar de ser conocedor de las patologías de su esposa, "de presenciar a diario su progresivo deterioro físico" y de darse cuenta de que su persistencia en aquella desatención e "incuria" comprometía su vida, obvió "durante meses el deber de cuidado y la obligación de velar" por ella. Y no solo "por el vínculo matrimonial" que les unía, sino por "la propia convivencia".

Durante el juicio, el acusado explicó que su mujer no quería que nadie fuera a la casa "por vergüenza", ante el deterioro en el que se encontraba el inmueble por falta de higiene, donde además había habitaciones sin luz, así como goteras. "Nos habíamos abandonado", relató el acusado, que dijo sentirse "impotente" ante el estado de deterioro de su hogar. También aclaró que cuando llamaba a los servicios de emergencias, la mujer, que no quería ser atendida, le recriminó que la había "traicionado".