Abusos a menores

El autor del salvaje ataque sexual a un niño en Girona aparece ahorcado en la cárcel

Hace unos años, Miguel Ángel Moreno fue acusado de matar a una chica lanzándola al río y de intentar ahogar a su padre

Redacción

Miguel Ángel Moreno, de 56 años, fue encontrado muerto el viernes pasado, colgado con un cordel de la camilla de la celda que ocupaba en la cárcel. Moreno estaba encarcelado por el salvaje ataque sexual a un niño de 11 añosen mayo de 2021, en L'Escala, Girona. Tal y como ha adelantado El Punt Avui, el caso se investiga como un suicidio aunque no dejó ninguna nota.

Hace nueve días el juzgado de Figueres le comunicó el procesamiento por agresión sexual a un menor y ordenó el embargo para cubrir las indemnizaciones por valor de 22.223 euros por los daños físicos y morales que ocasionó a la víctima: en su intento de violación, la asaltó cuando iba en bicicleta a la escuela, tumbó y golpeó brutalmente, bajándole los pantalones. Afortunadamente, un testigo sorprendió y gritó al agresor hasta hacerle huir. El niño tuvo que ser atendido en el Hospital de Figueres.

En 2013, la Audiencia de Girona ya le había condenado a un año y diez meses de prisión por intentar matar a su padre octogenario asfixiándolo con un cohecho en el piso familiar de Puigcerdà. Miguel Ángel Moreno se enfrentaba a 16 años de prisión, pero el tribunal concluyó que no lo pueden condenar por intento de homicidio porque desistió voluntariamente de matar al padre. Lo acabaron condenando por dos delitos de malos tratos en el ámbito del hogar por golpear tanto al padre como a la madre.

Durante el juicio, el acusado admitió que agredió a su padre porque "llevaba toda la vida queriéndolo matar". Manifestó que "era un deseo" que tenía en su corazón y lo intentó asfixiar con la almohada "como muestra de lo que quería hacer durante años", porque supiera "que lo podía matar y que si no lo había hecho era porque, en el fondo, lo amaba".

Moreno fue juzgado en 2006 acusado de matar a una joven camerunesa lanzándola al río Segre, en Fontanals de Cerdanya, en el año 2004. Salió bien parado y sólo lo condenaron a cinco años de prisión: uno por homicidio imprudente, medio por las lesiones que provocó a la chica antes de lanzarla al río y tres años y medio por las lesiones que causó al novio de la víctima. En 2010, lo volvieron a detener y lo enviaron a prisión por atemorizar durante días a la población de Lladó. El hombre se paseaba armado, disparando y haciendo destrozos en coches golpeándolos con un bastón.