Abuso sexual a menores

Detenido un entrenador de fútbol por abusar sexualmente de menores y prometerles contratos

Se le atribuye un delito de pornografía infantil, cinco de corrupción de menores, tres delitos de abusos sexuales por tocamientos y otros tres de child-grooming

Un vehículo de la Policía Nacional en una imagen de archivo.

Un vehículo de la Policía Nacional en una imagen de archivo. / EP

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Agentes de la Policía Nacional han procedido a la detención en Logroño de un entrenador de fútbol por, presuntamente, abusar sexualmente de varios menores de edad (de entre 15 y 18 años) a los que prometía un futuro profesional en el mundo deportivo.

El arrestado contactaba con las víctimas, 8 identificadas hasta el momento, a través de redes sociales o de aplicaciones de mensajería instantánea para solicitarles fotografías íntimas y encuentros personales. La operación, que sigue abierta, se prolonga por más de diez meses.

Según ha explicado el jefe superior, Manuel Laguna, el detenido se valía "de su estatus superior y de las ansias de los menores de ser alguien en el mundo profesional deportivo. Los menores tenían el temor de que ante la negativa de atender a las solicitudes del detenido no pudieran cumplir sus expectativas profesionales".

Por su parte, la delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz, ha agradecido la labor de los agentes que comenzó con una denuncia en junio de 2022 hacia un hombre de 38 años, entrenador de un equipo regional y también ojeador de un equipo de primera división. La detención se produjo de forma fortuita en la localidad de Ventas Blancas.

Como ha reconocido Arraiz, éste es "un caso grave en el que están involucrados menores" y por ello "este tipo de delitos nunca deben silenciarse y se deben denunciar para dar protección a las víctimas y ayudar a que no hayan más".

En la operación se han intervenido numerosos archivos de carácter sexual en los que estaban involucrados menores que conocía del mundo deportivo riojano y otros menores que aún no se encuentran identificados. En total se han localizado y examinado 62.986 archivos multimedia (más de 29 Gb) de índole sexual en los que aparecían menores de edad.

La investigación continúa abierta y no se descarta la aparición de nuevas víctimas debido a los años que el arrestado ejerció como entrenador deportivo. Al autor se le atribuye un delito de pornografía infantil, cinco de corrupción de menores, tres delitos de abusos sexuales por tocamientos y otros tres de child-grooming.

Como han explicado en una rueda de prensa, los agentes también pudieron corroborar que llegó a realizar tocamientos a algunos de los menores. También averiguaron que llegó a convencer a uno de ellos para que se trasladara con él a otra ciudad bajo la falsa apariencia de firmar un contrato con un equipo profesional, proponiendo al joven acudir a un hostal para mantener relaciones que finalmente el menor declinó.

La primera denuncia, clave

La investigación se inició el mes de junio del pasado año tras recibirse una denuncia por abusos sexuales a un menor en el que se apuntaba a un varón que ejercía como entrenador de fútbol en la capital riojana.

Tras las gestiones realizadas por los agentes, se consiguió identificar al presunto autor y fue arrestado en la localidad de Ventas Blancas (La Rioja) el mes de agosto del pasado año, momento en el que se le incautó un teléfono móvil y una tableta.

Tras el primer arresto los agentes iniciaron una investigación en la que se conoció, tras diez meses de pesquisas, la existencia de al menos siete víctimas más, que tenían entre 15 y 18 años cuando sucedieron los hechos.

Las investigaciones permitieron determinar que el presunto autor del primer hecho denunciado actuaba de la misma manera con el resto de jóvenes, contactado con ellos a través de mensajes privados en redes sociales o de aplicaciones de mensajería instantánea para hacerles sentir importantes y valiosos, indicándoles que desde su posición de entrenador y de ojeador de futbolistas podía conseguirles contratos con un equipo profesional o mejorar su situación deportiva.

Una vez que conseguía más confianza con las víctimas, menores, a los que ya conocía del mundo del fútbol, comenzaba a tratar de entablar conversaciones de índole sexual en las que les solicitaba fotografías de sus partes íntimas y les pedía citas para verse a solas. Incluso, a alguno de ellos, llegó a ofrecerle dinero por realizar conductas sexuales. Los jóvenes que finalmente accedían a alguna de las peticiones, sentían el temor de que de no acceder pudieran verse perjudicados en su actividad deportiva.