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INVESTIGACIÓN

La menor de 17 años quemada por su novio en Las Palmas de Gran Canaria: "Fue él. Me lanzó un papel prendido"

El detenido, de 20 años y con una orden de expulsión y devolución a Marruecos, declara que fue un accidente y que se incendió un colchón cuando fumaba

La Policía despliega un refuerzo de agentes en La Isleta para garantizar la seguridad y evitar posibles altercados

Agentes de la Policía Científica acceden, este miércoles, a la casa okupa donde tuvo lugar la agresión, en La Isleta

José Carlos Guerra

Carlota Barcala

Las Palmas de Gran Canaria

«Fue él. Me quemó lanzándome un papel prendido. Fue él». Una menor, de 17 años, tutelada por el Gobierno de Canarias y a cargo del Cabildo de Gran Canaria, se debate entre la vida y la muerte en la unidad de quemados del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla después de que un individuo, de 20 y con el que mantenía una incipiente relación, le prendiese fuego. La víctima tiene el 95% de la superficie corporal abrasada y, antes de ser entubada, declaró a los agentes de la Policía Local que la encontraron en la calle que el joven la había atacado. Él quedó inmediatamente detenido por una agresión que se investiga como un nuevo caso de violencia machista.

La Policía Nacional ha desplegado en el barrio un refuerzo de agentes —en principio operativo hasta el domingo durante las 24 horas del día— para evitar posibles altercados violentos y garantizar la seguridad.

Los hechos se desencadenaron en una casa en ruinas de la calle Angostura. Allí pernoctaba como okupa desde hace mes y medio, y de manera intermitente, Abarrafia H., el ahora arrestado, que llegó a principios de junio en patera a Lanzarote y tiene una orden de expulsión de España y retorno a Marruecos, su país natal. La casa, o los pocos cimientos que quedan de ella en pie, ardieron en llamas. Eran las cuatro de la madrugada de este miércoles.

Él y la menor, que llevaba desde el viernes fugada del centro de menores de Valsequillo en el que reside, lograron huir. Caminaron solo unos metros, hasta la calle Roque Nublo, donde una patrulla de la Policía Local los interceptó. Los agentes acababan de ser comisionados por la sala del Cecoes 112 después de que los vecinos alertasen de un incendio en el inmueble okupado.

Fue el estado en el que iba Abarrafia lo que alertó a los policías: ataviado solo en calzoncillos, sin camiseta ni pantalones. Pero se fijaron en ella y saltaron todas las alarmas: la joven, que estaba a solo unos metros del individuo, tenía quemaduras por todo el cuerpo. «Me lanzó un papel prendido. Fue él», dijo la adolescente a los agentes cuando le preguntaron qué le había ocurrido. Abarrafia no habló —o no quiso hablar— en teoría porque no tiene conocimiento de español. Los agentes solo lograron entenderle que había sido un «accidente». Lo arrestaron por un presunto delito de lesiones graves.

Evacuada a Sevilla

A La Isleta se desplazaron de inmediato ambulancias del Servicio de Urgencias Canario (SUC), que se hicieron cargo de la víctima y del presunto agresor; bomberos, que extinguieron las llamas de la infravivienda, y Policía Nacional, que ha asumido la investigación.

La adolescente fue evacuada de urgencia a la unidad de quemados del Hospital Universitario Doctor Negrín de Gran Canaria, donde ingresó en estado crítico. Por la tarde, tras lograr estabilizarla, un avión medicalizado la evacuó al hospital de Sevilla, centro de referencia en quemados. Tiene el 95% de su cuerpo abrasado.

Él acudió, bajo custodia policial, al mismo centro hospitalario por inhalación de humo. A mediodía recibió el alta y los agentes lo trasladaron a dependencias de la Policía Nacional, donde permanece antes de su pase a disposición judicial. Allí, con la ayuda de un intérprete le tomaron declaración por la tarde los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía. «Estaba fumando y se prendió fuego el colchón», fue la explicación que dio, manteniendo la versión del accidente.

Aunque todas las hipótesis están sobre la mesa, gana fuerza que se trate de una agresión machista. El entorno de la menor ha afirmado que mantenía desde hace menos de un mes una relación con su presunto atacante. Ella, calificada de especialmente vulnerable, se escapaba habitualmente del centro de menores tutelados en el que residía en Valsequillo desde hacía años. En una de esas salidas, que acostumbraba hacer para irse de fiesta, lo habría conocido.

Él acababa de llegar a Gran Canaria. Fue a principios de junio cuando Salvamento Marítimo lo rescató a bordo de una patera que trasladaron a Arrecife. Indocumentado, tenía una orden de expulsión no ejecutada. Tras unos días en Lanzarote lo derivaron al Canarias 50, un recurso habitacional para migrantes en Las Palmas de Gran Canaria. De allí entraba y salía, cada vez con más asiduidad, para quedarse en la casa okupa que está justo enfrente. Esa que ayer, presuntamente, incendió.

Pero pese al poco tiempo que hacía que se conocían, él ejercía ya un fuerte control e influencia sobre la menor, aseguraron los allegados de ella, que habría incluso modificado su forma de vestir en situaciones concretas. El centro denunció su desaparición el viernes, después de que no regresase a dormir.

La Policía Nacional vigila La Isleta, mientras Homicidios continúa con las pesquisas y trata de aclarar qué ocurrió la madrugada de ayer en el número 85 de la calle Angostura, si había alguien más en la vivienda cuando comenzaron las llamas, la presencia de líquido inflamable y el desencadenante del ataque. El testimonio de la víctima, si se recupera, es crucial para aclararlo. A 1.400 kilómetros, en una unidad de quemados y en el momento de escribir estas líneas, lucha por su vida.

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