El extenista alemán Boris Becker, actual entrenador del serbio Novak Djokovic, ha asegurado que su pupilo y Roger Federer no tienen buenas relaciones, si bien esta rivalidad no transciende porque en el circuito se impone ahora la "corrección política", informa este martes el diario británico "The Telegraph".

Este medio publica hoy fragmentos de la última autobiografía de Becker, en la que sostiene que la falta de química entre Djokovic y Federer es un "secreto a voces", pero recuerda que ninguno ha hablado mal del otro porque, en su opinión, existe temor a que las autoridades sancionen a los jugadores que se meten con otros colegas de profesión.

En consecuencia, el extenista, de 47 años y ganador de seis "Grand Slam", lamenta en el libro, titulado "Wimbledon: My Life and Career at the All England Club", que en los tiempos actuales ya no existen rivalidades como las que se daban antaño, cuando se podía decir lo que se pensaba sin tapujos.

"La gente me dice a veces que el tenis es ahora más aburrido que cuando yo jugaba y cuando les pregunto por qué me contestan que hay menos personajes", arguye Becker en el texto.

"Yo le digo -prosigue- que hay grandes personajes, pero es verdad que no lo demuestran porque no pueden. Se les multa y hay micrófonos en las pistas que captan cada palabrota o palabra de frustración".

Por esos motivos, dice Becker, las estrellas de ahora mantienen una "falsa amistad", si bien reconoce que Federer y Djokovic "no se caen demasiado bien el uno al otro" y considera que el suizo "no puede ser tan majo" como parece.

"La razón por la que Roger es uno de los deportistas mejor pagados de todos los tiempos es porque le gusta a todo el mundo. Pero si lo piensa, es imposible caer bien a todo el mundo. Él gana mucho dinero con su imagen, pero ganaría menos si dejara entrever sus verdaderas emociones", afirma Becker, tres veces ganador en Wimbledon.