Un año después de dar la sorpresa y eliminar al campeón del 2015, el serbio Novak Djokovic, en la tercera ronda, el estadounidense Sam Querrey dejó en la cuneta al británico Andy Murray, defensor del título, al derrotarle en cuartos de final por 3-6, 6-4, 6-7 (4), 6-1 y 6-1, en dos horas y 42 minutos.

Querrey acabó el partido con su 27 saque directo frustrando las opciones de Murray, que cedió 12 de los últimos 14 juegos, visiblemente lastrado físicamente.

"Durante el torneo he jugado con un poco de dolor, pero he intentado lo mejor. Al final he dado todo lo que tenía, y estoy orgulloso por ello, pero perder es decepcionante", dijo Murray después, aunque no aclaró si los dolores provenían de su cadera.

"Hubo una oportunidad pero estoy triste de que todo haya terminado", continuó Murray. "Antes del torneo se trataba de encontrar soluciones a corto plazo porque quería jugar Wimbledon, y conseguimos superar varios partidos y lo hicimos bien", añadió.

"Ahora me sentaré con mi equipo y miraremos a más largo plazo, para trazar un plan sobre lo que tengo que hacer a continuación", dijo el británico, que de haber ganado este miércoles habría asegurado el número uno al final del torneo.

Querrey es el jugador con ránking más bajo (28) en vencer a Murray en Wimbledon, desde que el argentino David Nalbandian (19) lo consiguiera en la tercera ronda del 2005, cuando el de Dunblane hizo su debut en este torneo.

Además, Querrey ha roto la racha que Murray llevaba de 25 victorias contra jugadores estadounidenses. El último que logró derrotar al británico había sido Alex Bogomolov jr. en la segunda ronda de Miami en 2011.

Sam Querrey, primer estadounidense en alcanzar las semifinales de un Grand Slam desde Andy Roddick en Wimbledon en 2009, se medirá con el croata Marin Cilic, que derrotó al luxemburgués Gilles Muller, verdugo del español Rafael Nadal, por 3-6, 7-6 (6), 7-5, 5-7 y 6-1, en tres horas y 30 minutos, para lograr la semifinal, por primera vez en su carrera.

La derrota de Murray, que buscaba las semifinales por octavo año consecutivo, y la 22 en el Grand Slam, deja la puerta abierta a Djokovic para recuperar el puesto de número uno del mundo. El de Belgrado, que se enfrenta este miércoles contra el checo Tomas Berdych, debe ganar el torneo por cuarta vez el domingo para recuperar el trono que perdió el pasado siete de noviembre.